Capítulo 15

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                                                                                              ~     EMILY ~

Mis lagrimas bajaban por mi rostro conforme me iba acercando hacia las enfermeras de turno.Cada una llevaba sobre su pecho una etiqueta con su nombre de pila, y a decir verdad eso me reconfortaba bastante, nunca tuve buena memoria.

Las veo cuchichear mientras que otra risita se les escapa de los labios y una de ellas no evita quedarse pasmada viéndome. Me recordaba, eso no se podía negar ni a miles de kilómetros.

_¿Saben donde está mi habitacion?_ Pregunté entre sollozos, luchando con las lagrimas que borroneaban mi visión.

_¡De nuevo tú eh!_ Empezó a decir la señora algo mayor mientras me señalaba con una pluma._ Evidentemente se la notaba cansada de mi presencia y mis malos tratos cuando tengo abstinencia.

_¿Cuantas veces mas lo vas a intentar?, dímelo así me lo se de memoria_ Comentó otra mientras se acercaba al tumulto.

_ Esta vez sera en serio, quizás dije eso muchas veces pero tienen que confiar en mi palabra. Necesito en verdad ayuda, y estoy perdiendo mi familia_Respondí angustiada mientras me limpiaba los ojos con un pañuelo.

_De acuerdo, uhmm pasillo izquierdo , puerta numero treinta y dos_Dijo de repente la chica morocha que siempre confiaba en lo que le decía.

Suspire algo aliviada y empece a caminar deprisa hacia donde me habian dicho, despues de todo tenia que ganarme el respeto aqui dentro y se que no seria facil desde el preciso instante que me interne en este lugar.Pero lo valia, valia la pena pasar por esto para por fin curarme e ir a buscar a mi futura esposa, un pedazo de ángel.

....

Media hora mas tarde me encuentro recorriendo el gran jardín,añorando ser acariciada como aquellas margaritas que son siempre aduladas por una paciente, la cual todos llamamos Penélope. Ella puede parecer una enferma de Alzheimer pero amenos tiene con quien charlar,de eso no cabe duda alguna.

La institución sigue igual a cuando la dejé, los baños continúan limpios y oliendo a productos de limpieza, cosa que me hace arder la nariz o llenarme de mocos. Las habitaciones están alejadas del resto para que no haya ni disputas o malos entendidos, en otras palabras estaba jodidamente alejada del mundo entero.

Eran tres comidas al día y muy rigurosamente elegidas a horario osea que si llegabas tarde o muy temprano te quedabas sin llenarte el estomago. Nunca entendí la receta de Fatima, aquella cocinera que a pesar pedir los ingredientes de mejor calidad termina haciendo una comida con lo que tiene a mano. Y si me preguntan por que me encuentro aquí respondería con la verdad, soy una drogadicta y eso despierta un brote psicótico , así me lo diagnosticó la doctora Britanie cuando concurrí a su consultorio por tercera vez.

Es algo muy fuerte que se apodera de mi mente cuando estoy bajo eso efectos de imaginación fúnebre o incluso puedo llegar a lastimar a un ser querido si no me frenan a tiempo. Se lo dije todo, desde el principio y supo entender que no es mi intención hacer daño. Después de todo, me hizo reflexionar sobre pedir ayuda cuando la oscuridad se acerca a mi vida.

Ya no le veo el sentido de amontonar muchos libros en un rincon o confundir las simples matematicas con algebra avanzada. Estoy muy loca para pensar que alguien puede amarme con mis angeles y demonios, pero es la verdad. Natalia lo hace cada dia desde que se despierta en la mañana hasta cuando cierra sus ojos por las noches despues de susurrarme al oido te amo que se entremezclan entre un cansancio y pesadez.

Me entristece pensar que quizas ellos estaran mejor sin mi y luego al mismo tiempo quiero salir a buscarlos y pedirles disculpas por ser tan egoista y enojona. No quiero dañar a nadie mas y es por ello que aqui me encierro para que nunca mas pueda dejar salir a mi antiguo yo, ese ser infernal.

La chica del bar 4 Where stories live. Discover now