La chica del bar 4

Capítulo 45

Estaba lloviendo, el aroma a césped cortado y húmedo me encantaba y de hecho estaba levantada desde muy temprano. La ventana está un poco empañada pero aprecio solo las gotas bajar lentamente por el vidrio.
Como mi cama es grande y amplia dejo que Hannah duerma conmigo, pero solo dormir es lo que hacemos ya que aún no me siento del todo preparada para empezar una relación algo mas cercana.

El sonido de una gotera me hace despertar de mis pensamientos y miro hacia mi cama. Me acuesto de un lado y luego me cubro con las mantas abrigadas. Siento como ella se mueve y luego me abraza de la cintura con fuerza.
Me giro a verla y ella duerme tranquilamente mientras un suave ronquido sale de su boca y me descubro a mi misma viéndola más de lo debido.

Un zumbido se escucha encima de la mesa y me estiro un poco para tomar el teléfono que no deja de mostrar la pantalla parpadeante. Abro los mensajes y leo uno muy especial.

"Escucha....estoy cansada de hacer esto,pero debes saber que no puedes quitarme a mis hijos. Ellos son todo para mi y necesito en verdad que recapacites y logres perdonarme.
No he sabido de ti en días y aunque nuestra relación esté en sus finales deseo de todo corazón verte por última vez, poder mirar juntas la luna y susurrarnos te amo hasta quedarnos dormidas"

Parpadeo varias veces y luego apago el teléfono y lo dejo nuevamente en la mesa. Esta vez siento presión en mi pecho y me llevo una mano mientras siento mi corazón latir con fuerza. De nuevo me estaba pasando, un ataque de ansiedad o quizás esté pasando por un ataque cardíaco.
Hannah se sentó de repente en la cama, viendome entre una mezcla de adormilada y asustada y apretó mi mano.

_¿Nat?, ¿Nat me escuchas?, ¿estas bien?_ Preguntó alarmante y negué.

La vi levantarse de la cama y corrió hacia la mesa de luz, de allí sacó el frasco con mis pastillas y luego intentó dármela en la boca con lo que decidí no cooperar.
Mis oídos se taponaban, y mis dientes se apretaban con fuerza mientras veía que todo giraba a mi alrededor. El escalofrío en mi columna se hizo presente y cerré los ojos con fuerza escuchando su voz lejana.

"¡Nat quédate conmigo!"

Volví la mirada y luego noté sus ojos llorosos y lastimados de tanto llorar. Sus manos tomaron mi mejillas y respiré algo agotada.

Mi ceño se arrugó y luego me alejé algo atontada y asustada. Su mirada cambió a una de asombro y luego intentó tomar mi mano.

_¿Quién eres?_ Pregunté con temor y ella se llevó las manos a la boca.
_ ¿Qué pasa contigo?, no juegues conmigo_ La chica de cabello con rastras susurró de cerca y tragué saliva mientras peinaba mi cabello algo sudoroso.
_Yo....yo no recuerdo haber venido aquí, por favor solo dime la verdad y perdón pero.... ¿eres....eres importante para mi?_ Pregunté dudosa mientras frotaba mi nuca y ella asintió mientras tomaba mi rostro y me acercaba al suyo.
_ Claro que soy importante...siento cosas bonitas por ti y quiero ayudarte aquí con los niños y quiero ser parte de la familia. Solo si tú me lo permites, claro_ Dijo la chica con lágrimas en los ojos y me abrazó con fuerza.

Mis dedos frotaron su espalda y miré hacia las paredes, no había fotos enmarcadas, ni tampoco alguna señal de que para mi fuera conocido éste sitio.
Empecé a sentir sus manos pasar delicádamente por mis brazos y contuve la respiración un segundo. Nuestros ojos se encontraron y luego frotó su nariz con la mia con algo de torpeza, me regaló una mirada sincera y luego me besó con suavidad. Sentí un calor en mi estómago y me sorprendí de mis actitudes.
El beso tomó más intensidad y senti como sus manos acariciaban mi estómago,como pude la alejé y luego me levanté de la cama. Tomé un almohadón al azar y salí de la habitación. Caminé descalza por la casa y me aguanté en gritar al haberme golpeado el dedo pequeño contra un sillón.
Me acosté alli mismo y luego froté mi frente intentando averiguar que carajos acababa de pasar.