Capítulo 72

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Su voz resonaba en toda la habitación y sonreí al saber que ya era de mañana, mi alma se sentía en paz y ella era la responsable de que me sintieran de esa manera.

Me estiré en la cama y quedé boca arriba mirando hacia el techo, rasqué mi pecho y luego admiré como se acercaba con el bebé en brazos. Me acomodé entre las sabanas y luego sonreí al verla sentarse a mi lado, besé la cabeza del pequeño y éste miró hacia todas partes.

_Se ven tan hermosos juntos, estoy muy feliz de la familia que vamos creando juntas_Empecé a decir angustiada y sollocé mientras bajaba la cabeza. Los volví a mirar y los llené de besos_ te amo cariño, a los dos los amo muchísimo.

Jessica me acaricio el cabello y luego dejó su mano en mi cuello me sonrió y luego miró a Santiago, realmente sus ojos brillaban al verlo y me encantaba verle feliz y tan entregada.

_Es tan tierno y solo quiero protegerlo de las cosas malas, admiro como de decidida estas para cuidarlo. De repente veo a la Emily que una vez conocí y luego te noto tan cambiada, adulta y segura de tus decisiones_ Empezó a decir sonriente y suspiró mientras le acariciaba la cabecita del bebé.

Tome en brazos al bebé y me reí al ver su carita manchada con leche, tomé el babero que estaba sobre el regazo de Jessica y le limpie el mentón y la boca. Él me miraba con los ojos abiertos y pellizcaba mis mejillas con fuerza.

Lo abracé con delicadeza y sentí que mi corazón palpitaba con ganas, las lagrimas empezaron asomar y sonreí cuando note las manos de Jessica rodear mi espalda.

Era muy temprano en la mañana y podía oler dos cosas, el café recién hecho y la leche que recién había tomado nuestro hijo. A pesar de que al principio le costaba alimentarse con mucha paciencia logramos que bebiera de la mamadera mientras una de las dos le contaba un cuento para dormir.

Ese mismo dia tenia que visitar el parque y reencontrarme con mis hijos, solo espero de alguna manera no interferir con la relación que Hannah y Natalia tienen. No quiero que por mi culpa se peleen o les afecte de alguna manera, quiero que todo quede en buenos términos.

_¿Dónde dejaste mi traje azul cariño?_ Pregunté mientras me rascaba la nuca y me quedé admirando el placard.

_Está en la tintorería ¿lo recuerdas?, se te cayó el café y me pediste que lo llevara donde Doña Patricia_ Empezó a decir mi novia y sonreí al verla salir envuelta en toalla rosada.

La quedé mirando pervertida y ella levanto una ceja mientras admiraba como lentamente me acercaba, la besé con fogosidad y dejó caer la toalla al piso mientras que yo la acostaba en la cama, mis manos vagaron por su cuerpo y mordí mis labios con fuerza al notarle la piel suave y caliente. Pasé mi nariz por su cuello y luego dejé besos sugerentes provocando su risa.

_Emily tengo que trabajar, nena no me obligues a tirar todo al carajo_Susurró con dificultad mi novia y luego gimió al notar mis dientes apretar la clavícula.

Rodé en la cama y quedé boca arriba respirando aceleradamente, ella provocaba que me quedara tan caliente y no quería perder ningún segundo de estar a su lado. Me sentía en una nube de deseos y placer. No sería fácil verle alejarse por esa puerta.

De pronto se subió encima y la miré sorprendida mientras ella se ataba el cabello en una gomita, tuve que tragar saliva al verla desnuda y desinhibida.

_Si me llevas a cenar esta noche posiblemente tengamos una reunión sexualmente candente y te voy a quitar todo ese estrés acumulado que llevas, lo prometo mi amor_ Dijo con diversión mientras se entretenía en meter las manos bajo mi camiseta de Nirvana.

_Lo prometo nena, voy a llevarte a cenar_ Respondí entre risas y nos comenzamos a besar, aun sabiendo que estábamos llegando a tarde.

.....

Me arregle el saco negro y metí las manos en los bolsillos conteniendo las ganas de no salir corriendo, tenia miedo y ver niños por todos lados me avisaba que en cualquier momento podrían aparecer. Y así fue, de un coche bajaron dos niños gemelos, una niña que arrastraba una muñeca de tela y me quedé admirando un cochecito de color rosado, allí dentro estaba una niña con chupete y agitaba sus manitos al aire. No la conocía y mi corazón se contrajo de golpe.

Sonreí cuando los gemelos se acercaron y me abrazaron con fuerza, pero Francesca se mantuvo a distancia, me miraba con los ojos entreabiertos y tratando de memorizar todos mis movimientos.

_Llegaste temprano, ya habíamos acordado el horario_ Escuché decir a Hannah y me quedé mirando a esa bebé que succionaba el chupete con ansias_ ¡Oh ella es nuestra princesa Lara! y nos acabamos de enterar que estamos también esperando a nuestro pequeño hombrecito.

Levanté la mirada y la quedé viendo fijamente, con el pecho contraído y el rostro sin mostrar emoción.

Levanté la mirada y la quedé viendo fijamente, con el pecho contraído y el rostro sin mostrar emoción

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La chica del bar 4 Where stories live. Discover now