Cita.

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Hades soltó a Radamanthys, que estaba muy sorprendido, el que se mantuvo quieto, escuchando los pasos del profesor de física, que se detenía a su lado, cruzando sus brazos, esperando la respuesta de Hades.

—Por supuesto Kanon, tu más que nadie sabe la clase de errores que una vida como esa conlleva, pero estarías siendo un hipócrita si no lo dejaras ser un chico, recuerda, los jóvenes deben ser jóvenes.

Kanon asintió, pero de pronto colocó un brazo alrededor de los hombros de Radamanthys, con una expresión serena, conocía cuáles eran los horarios del menor y sabía que el joven rubio tenía dos horas libres todos los jueves, así que bien podrían empezar a estudiar un poco.

—En eso tiene razón, por supuesto, director, pero tenemos algo que discutir Radamanthys y yo, respecto a su futuro, como sabrá, no voy a regalar calificaciones, pero le haré caso, solo por usted le daré una segunda oportunidad. 

Tras decir aquellas palabras guió a Radamanthys aún con su brazo rodeando sus hombros, alejándose de Hades y de sus dos mejores amigos, que eran una peste, pero suponía que buenos chicos. 

—Dijo que no le dijera a nadie de las clases… 

Kanon a pesar de estar lejos del director, en su cubículo, no le respondió en un principio, recordando porque no podía insultar en público, pero al menos, el joven Radamanthys estaba fuera de sus garras, no era que condenara sus gustos, pero el había visto primero al menor, que según sabía, ya era mayor de edad, de allí que no le negaran cerveza o cigarrillos. 

—Dije que tú no le dijeras a nadie, no que yo no le dijera a nadie. 

Fue su respuesta, sin dejarlo ir todavía, respirando hondo, haciendo que Radamanthys se sonrojara un poco más, al ver lo pequeño del cubículo, al oler su fragancia de maderas finas y sentir que su profesor, se mantenía con él en sus brazos.

—¿Ya me puede soltar? 

Su respuesta habría sido no, pero tuvo que hacerlo, no fuera a pensar que sus intenciones eran malas, porque no lo eran, trataba de proteger su futuro al ayudarle a tomar una segunda opción, si su carrera como deportista no funcionaba como esperaba, además, ese niño con esa mirada tan fría lo volvía loco, necesitaba romper esa fachada, liberarlo de ella. 

—Bien, saca tus cosas y comencemos con tus clases, Radamanthys. 

Radamanthys suspiro, enseñándole sus cuadernos, su maestro ya sabía en donde flaqueaba y era en todo, odiaba su materia, pero al menos, Kanon estaba dispuesto a ayudarle. 

—Empezaremos desde cero y tomaremos al menos dos horas diarias, tienes mucho tiempo muerto entre clases y me visitaras en mi casa, para que estudies un poco más, otras dos horas, a diario, si faltas una sola vez, olvídate de nuestro trato. 

Radamanthys puso cara de espanto, adiós a su tiempo libre por lo que faltaba del semestre, llevando sus manos a su rostro, pero asintiendo, logrando que Kanon se riera entre dientes, conocía a los jóvenes de su edad, él fue uno de los peores, pero Shion salvó su vida, el también cuidaría del chico rubio. 

—¿Te gusta la pizza? ¿Quieres que pida una en lo que estudiamos?

Le preguntó una hora después cuando Radamanthys ya comenzaba a entender algunas operaciones, resultando que no era tan malo, sino que estaba muy confundido, por completo, tal vez por pensar en su rival de amores.

—No es necesario, ya casi comienza mi siguiente clase, y yo debo llegar temprano, no quiero tener más problemas. 

Kanon asintió, dejándole ir, pensando en que podrían cenar, seguro de que tendría hambre cuando fuera a verlo.

Sueño de Quimeras.Where stories live. Discover now