Frágil.

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Hades vio como Kanon sostenía a Radamanthys de la cintura y se marchaba con él, a un templo donde no podía entrar, uno de los templos de Poseidón, un lugar, cuyo interior tampoco podía verlo. 

-Maldito mortal. 

Así que Radamanthys no lo vería hasta las tres de la tarde, como se lo ordenó Pandora y eso le molestó demasiado, pues, no le gustaba dejarle en compañía de Kanon por tanto tiempo, ese embaucador, podría convencerlo de seguir sus órdenes, de permitir su seducción. 

-El amor de los mortales es frágil… 

Susurro, recordando una conversación que tuvo con Thanatos, cuando este secuestro a un santo dorado de cáncer de una guerra santa anterior, del que se enamoró supuso, porque no lo destruyó y le permitia realizar todos esos actos de rebeldía que le divertían tanto. 

-El amor de los mortales es frágil y fugaz, demasiado sublime para dejarle pasar de largo, ignorar esa emoción que se apodera de nosotros, cuando somos inmortales. 

Thanatos pronunció de pronto, antes de que Hades pudiera preguntarle porque había secuestrado a ese mortal, porque le permitía burlarse de su divinidad, de sus designios, y porque razon, parecia que disfrutaba mucho más la presencia de ese cangrejo testarudo, que de la de su hermano, o la suya. 

-¿Frágil? 

Así era, el amor humano era frágil, como un fragmento de cristal y una vez que se rompía, ya jamas podrian recuperarle, porque se perdían pedazos, sin contar, que eran únicos en su tipo, ellos solo nacian una vez, aun sus espectros, supuso. 

-Pero si te corresponden su amor arderá con tanta intensidad que puede dejarte ciego, nada en el mundo importara más que tu, que tu afecto, se entregara a ti, te adorara como su dios, como su dueño y buscará la forma de hacerte feliz, de complacerte, de esa forma tan humana, tan única. 

Hades negó eso, porque no creía que el amor de los humanos fuera único, que ellos fueran especiales, ni siquiera sus espectros, aun ellos eran corruptos y el mundo que conocían, sería perfecto, cuando las pequeñas imperfecciones que eran esas criaturas, desaparecieran. 

-Como ese juez tuyo, ese Radamanthys, él te ama pero sabe que no es correspondido y es una lástima, porque de aceptar su afecto, comprenderías lo que yo siento cuando estoy en compañía de mi cangrejo. 

Hades no dijo mucho más, apartándose del dios de la muerte, que había dejado de ser interesante cuando se enamoró de ese cangrejo, Hypnos estaba molesto, se había marchado del Inframundo y el se había quedado solo. 

-Así que Radamanthys me ama… 

Había tomado a Minos como un divertimento pasajero, pero, no fue tan agradable, ese mortal era tan frío como era sádico, un soldado obediente, que le mostró la humanidad, el mundo, con su peculiar forma de verlo.

-Minos no fue nada divertido. 

Se recordó unos días después, recargado en su trono, tratando de pensar en algo más que no fuera la compañía de un mortal, preguntandose porque no olvidaba esas palabras, porque parecía que Radamanthys no dejaba de llamar su atención,. cuando pensaba que este espectro en particular estaba enamorado de Pandora, pero, aparentemente, eso no era de esa forma, no le amaba a ella, sino a él y ese amor hacía que protegiera a su hermana como lo hacía. 

-Trae a Radamanthys ante mi presencia. 

Hades estaba decidido a comprobar si las palabras de Thanatos eran ciertas, si el amor de los mortales era tan especial, tan agradable como se lo habían dicho y si era cierto que su soldado más leal no solo le había entregado su lealtad, sino también su amor. 

Sueño de Quimeras.Where stories live. Discover now