Dulce Despertar.

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-¡No dejare que destruyas a Radamanthys! 

Fue su respuesta, permitiendo que Radamanthys se sostuviera de su cuerpo, observando a su dios, cubriendo el cielo, moviendo las alas de su armadura, las que eran de pájaro, parecidas a las de un serafín. 

-¡No te dejare lastimarlo! 

Hades únicamente sonrió, moviendo sus labios apenas unos milímetros, en una mueca que era difícil de describir, porque nada como eso debía reflejar cualquier clase de sentimiento. 

-Tú no importas más Kanon. 

Hades descendió en ese suelo que no debería existir, pero lo hacía, con su espada en su mano, seguro de su victoria, estirando su mano izquierda, para que Radamanthys pudiera tomarla, pero no lo hizo, en vez de eso, reafirmó la fuerza con la cual se sostenía del cuerpo de Kanon.

-No eres más que una sombra que no debe preocuparnos. 

Hades retiró su ofrecimiento, furioso, si esa falta de emociones podía considerarse como furia, ladeando un poco la cabeza, como si esperara que de un momento a otro Kanon lo atacara o cayera sin vida en el suelo inerte de aquella dimensión, donde solo habitaban dos mortales y un dios enloquecido.

-Estoy preparado para enfrentarme a ti, Hades, con ayuda de mi diosa. 

Y usando su cosmos abrió la otra dimensión, como su diosa le había dicho que lo hiciera, escuchando los planetas chocando, la nada y su música distante, así como en el fondo, algo moviéndose, cortando el espacio, el tiempo. 

-Athena nos protege y ella será quien te destruya. 

Hades hubiera reído, pero ese dios, esta representación de ese dios, no lo hizo, solo elevó su espada como dispuesto a cortarlos a la mitad con ella, encontrando divertidos los intentos de Kanon por proteger a Radamanthys, por apartarlo de su lado. 

-Cuando el muera, recreare el mundo a mi imagen y semejanza, contigo a mi lado. 

Kanon abrazo a Radamanthys con mayor fuerza, apartandolo del dios que empezó a bajar su espada, un movimiento que vieron como en cámara lenta, hasta que de pronto el sonido que podía escucharse en la otra dimension, en ese vinculo entre mundos, se hizo ensordecedor. 

-Cierra los ojos. 

Pero Radamanthys no lo hizo, tenía que ver como antes de que Hades diera el último golpe con su espada, el báculo de su diosa, la misma diosa de la victoria después de atravesar esa dimensión, se clavaba en el cuerpo del dios, que gritó soltando su espada, sintiendo como su vida se le iba escapando de las manos. 

-Solo Athena puede destruir a un dios… 

Susurro Kanon, que acercándose al dios Hades, que trataba de levantarse con un agujero en su estómago, casi partido a la mitad, tomó el báculo de su diosa, apartandolo de su enemigo, para cercenar su cuello, separándolo de su cabeza, destruyendolo por fin, porque esa nada, tambien empezo a desvanecerse, a quebrarse como si fueran rocas o arena. 

-Y es momento de irnos… 

Radamanthys asintió, permitiendo que Kanon lo cargara en sus brazos esta vez, dando los pasos que faltaban para regresar a su dimensión, en donde únicamente se encontraban sus dioses, la diosa Athena y el dios Hades. 

-Lo traje de regreso… 

Fue lo único que Kanon pudo pronunciar, dejando que Radamanthys pisara el suelo debajo de sus pies, aun manteniéndose en pie con ayuda de su amado, que lo sostenía con delicadeza, entregando las armas de los dioses a la diosa de la sabiduria, asi como su báculo. 

Sueño de Quimeras.Where stories live. Discover now