Rescate.

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Radamanthys, con el cañón del arma de Hades debajo de la barbilla, no se movía, con su dinero en la bolsa de su pantalón, junto a sus llaves, las que pensaba usar como un arma, apenas tuviera una oportunidad.

-Parece que Kanon se niega a dejarnos tranquilos, no comprende que somos felices, que tu eres mio. 

Radamanthys no respondía a sus declaraciones de supuesto amor, que no eran más que una demente letanía, jurandole su protección, al mismo tiempo que mantenía un arma debajo de su barbilla, para que no huyera.

-Cuando lleguemos al aeropuerto quiero que te comportes, Radamanthys, no me causes más problemas. 

El hombre rubio asintió, observando como una motocicleta negra le seguía muy cerca, con dos conductores, uno de ellos con cabello azul, largo, era Kanon, los estaba siguiendo, trataba de recuperarlo y eso le hacía feliz, le hacía sonreír.

-No me obligues a matarte. 

Radamanthys asintió, no le obligaría a matarlo, pero no se marcharía con él, si podía evitarlo, así que usando la atracción, el amor enloquecido que Hades sentía por él, la única razón por la cual dejó que asesinaran a tantas personas por mantenerlo a su lado, al mismo tiempo que le obligaba a subir a su helicóptero, le beso, como únicamente había besado a Kanon, gimiendo en sus labios.

-Claro que no, tu eres mi esposo, no podría abandonarte. 

Hades a causa de la sorpresa no se dio cuenta, cuando Radamanthys se hizo con las llaves de su motocicleta, mucho menos, cuando volvió a besarlo, distrayéndose con esa caricia de su esposo, quien, como respuesta, encajo sus llaves en uno de sus ojos, escuchando su grito con una mueca de placer.

Para inmediatamente después, al ver que estaban sobrevolando un puente, saltar hacia el, usando la cercanía para disminuir el daño que recibiría, cayendo a su vez, en la carga de un camión, que se trataba de un montón de basura, bolsas, escuchando la motocicleta acercarse, así como el helicóptero detenerse, aterrizando en ese solitario puente, parecía que Hades no le dejaría escapar. 

Hades comenzó a disparar en su dirección, su mano en el ojo que acababa de sacarle, Radamanthys había bajado del camión, cuando este se detuvo al sentir el golpe de su cuerpo contra su carga, estaba malherido, pero no se dejaría capturar de nuevo.

Cuando escuchó los disparos, el conductor simplemente subió de nuevo a su camión y siguió su camino, dejándolo solo con Hades, que estaba completamente enfurecido, sosteniendo su ojo, sus llaves aun en sus manos, el respirando hondo, corriendo en su dirección como si se tratase de un juego de futbol americano, tacleandolo antes de que pudiera dispararle. 

Radamanthys comenzó a golpear a Hades con los puños cerrados, desquitandose de cada golpe recibido de sus manos, sin importarle que pudieran matarlo, escuchando el sonido de la motocicleta acercándose a ellos, pero también el de los pilotos que bajaban del helicóptero, para defender a su esposo. 

Pero nada más le importaba, golpeando el rostro de Hades sin detenerse, una y otra vez, sintiendo cómo colocaban un cañón en su sien, uno de los pilotos, seguro que pronto le dispararian, pero, lo que pudo escuchar fue un disparo, de otra arma, que derribó al piloto, al mismo tiempo que una motocicleta negra se detenía a su lado, para derribar al segundo piloto, con un disparo limpio, dejando, únicamente a un Hades en el suelo, con un agujero en uno de sus ojos. 

Quien sosteniéndolo de su cabello, acercó su rostro al suyo, con su arma apuntandolo, apretando los dientes, furioso, disparando varias veces, justo en su rostro, pero, por azares del destino, ya no tenía balas, disparaba un arma vacía. 

Sueño de Quimeras.Where stories live. Discover now