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— ¿No te sientes nervioso?

— ¿Nervioso?

— Si, solo faltan tres semanas para el concurso de talento

— Así que preguntabas por eso

— Si

— Déjame decirte Baam que yo nunca estoy nervioso

— Cariño sí que eres un mentiroso

El mayor de cabellos castaños interrumpió aquella conversación entre los chicos de ojos de colores casi únicos y se río al ver la expresión que había logrado sacarle al mayor de estos dos por sus palabras. Por otro lado, estaba el de ojos azules que fulminaba con la mirada al chico de ojos marrones mientras que en su mente ya había planeado como matarlo unas veinticinco veces. El de ojos dorados miraba a ambos mayores con una sonrisa nerviosa antes de mirar a los otros tres integrantes de su grupo para pedirles ayuda, pero ninguno le miraba como queriéndole ayudarle. El pelirrojo se encontraba más concentrado en devorar sus barras de chocolate, el de ojos dorados aún se preguntaba a donde se iba todo eso porque el chico no parecía engordar más bien ganaba musculatura. El pelinegro se encontraba mirando la escena antes de desviar sus ojos hacia otra parte como si sintiera celos. Y por último la castaña que se encontraba limando sus uñas restándole importancia a todo lo que pasaba a su alrededor.

Allí fue donde el castaño menor se dio cuenta que ninguno de los integrantes restantes le iba a ayudar. Soltó un suspiro antes de sonreír mientras que negaba suavemente con su cabeza.

— Ustedes dos no vayan a comenzar a pelear

— Yo no pensaba pelear con este troglodita

— ¿Troglo qué?

— Troglodita

— Amor eres muy cruel conmigo

— ¡Que no me digas así!

— Mientras más reacciones así, más lo haré

— Eres un pervertido

— No lo soy

— Si aja

Aquellas peleas era pan de cada día entre el grupo que almorzaba de manera tranquila en el patio de su institución. Todos le miraban de manera envidiosa, solo gente que tenía un alto estándar en la sociedad podía acercarse a la mayoría de ellos. Aunque todos había una excepción que tenía unos ojos dorados. El menor de todos siempre ayudaba a los demás con una sonrisa en su rostro, siempre había calidez a su alrededor. Pero para llegar a él tenían que estar atentos a cierto rubio que estaba cursando el último año escolar en el instituto educativo en donde estaban. Todos sabían sobre la leyenda del hermano sobreprotector del menor de cabellos castaños. Aunque ahora no era solo al rubio del que tenían que cuidarse, también estaba el chico de ojos azules cual fríos como el mismísimo hielo.

— Sin duda Baam es alguien especial

— ¿Especial?

— Si, está rodeado de gente importante y que es buena

— ¿Tanto así?

— Si, tiene a una protegida de Zahard, a un Khun, a un espadachín prodigio, un heredero de varias sucursales bajo el mando de los Khun, un atleta prodigio. Además de ellos tiene a su familia, los dos genios que pasaron por esta institución, su padre quien es alguien importante en FUG, su tío uno de los empresarios más jóvenes y ricos en estos años, y su madre adoptiva quien es una heroína de guerra y ex bombera.

— Eso es impresionante

— Bastante

— Pero creo entender porque llama la atención

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora