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— Solo cállate maldito imbécil.

Ante aquella respuesta el rubio frunció el ceño enojado, no entendía porque la otra persona lo estaba insultado y su voz se hacía tan conocida, pero al mismo tiempo tan irritante por escucharse tan enojada.

— Oye capullo, no sé quién eres y porque te encontrabas escuchando una pelea con mi pareja pe-

— ¿Pareja?

— Bueno, futura pareja, pienso salir con él cueste lo que cueste

Ante aquellas palabras el rubio miro su mano hecha un puño, sus ojos se clavaron allí. Sabía que estaba rompiendo un pequeño juramento que había hecho con su hermano aquella tarde en donde se amistaron. Pero no era su maldita culpa, él no quería enamorarse, él no quería fijarse en aquellos ojos azules que no le miraban ¿Qué clase de karma estaba cumpliendo para que esto le pasará?

— Eres un maldito traidor.

— ¿Perdón?

El de ojos amarillos dejo de ver su mano para alzar su vista chocando con unos ojos dorados que lo miraban tan solo a unos centímetros de su cara.

Su presión bajo de manera inmediata al notar aquellos ojos llenos de frialdad, su boca se abrió lentamente dispuesto a hablar mientras sus ojos seguían llenos de sorpresa. Pero no llego a decir ninguna palabra porque un puñetazo llegó a su rostro haciéndolo caer mientras su rostro era volteado hacia un lado.

Su mano se elevó hacia la mejilla golpeada mientras volvía a mirar al chico que estaba al frente suyo con su respiración agitada. Un cabello castaño largo, un cerquillo que tapaba los ojos dorados que solo se veían si te acercabas,un rostro infantil que no había cambiado y un cuerpo alto que podía estar casi de su tamaño, bastantes cosas habían cambiado, pero sobre todo lo que no llego a reconocer fue el aura fría que ahora transmitía el chico.

Se levantó mientras movía su mandíbula y cerraba levemente los ojos, no quería que se reunieran de esa forma. No quería que él chico que había estado buscando por todo un año como loco lo viera de esta forma y aún más que haya escuchado aquellos sentimiento que se había estado guardando ya por casi un año y medio.

Estaba dispuesto a hablar desde un principio pero el siguiente intento de ataque que fue detenido por su persona le hizo cambiar de parecer.

Su ceño se frunció y no entendía el porque lo estaba atacando. Entendía el primer golpe de enojo por la traición, pero los demás no. Ya harto de detener los golpes se alejó unos pasos y dejó que el castaño se acercara para poder evitar su golpe hacia un costado parándose bien en su pierna derecha y luego elevó su pierna izquierda encestandole una patada en su estómago.

Aquel golpe hizo retroceder al castaño mientras se agachaba levemente soltando un quejido. Sus ojos se cerraron momentáneamente al sentir que la herida recién con puntos se abría, Gonseng lo iba a asesinar.

Y antes de abriera los ojos nuevamente sintió como el rubio se acercaba a su persona para atacarlo. Iba a esquivarlo pero fue tarde, el mayor lo tomo del cuello de su camiseta levantandolo con facilidad para luego tirarlo hacia adelante.

Su cuerpo salió volando y rodó por el suelo, su respiración se agitó un poco, su cuerpo le dolía por el impacto de haber sido lanzado. Pero se levantó y miro aún con sus ojos dorados opacos al rubio.

— Esto me trae recuerdos.

— No es lo mismo que aquella vez.

— Si, no es lo mismo.

— No es lo mismo porque aquella vez a ti no te gustaba Agüero.

— Aparte de eso, no es lo mismo porque tú ya no eres el Baam de aquellos días.

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora