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Un castaño que iba fumando de manera exasperada un cigarrillo y atrás suyo dos adolescentes llenos de golpe mirándose de manera extraña entre ellos daba una imagen algo rara y peligrosa, aún más siendo ya de madrugada. Pero como no había casi nadie, esto pasaba desapercibido.

Al llegar a la puerta de una casa de tonos blancos el mayor apagó su cigarrillo antes de abrir la puerta, dejo entrar primero a ambos adolescentes, estos entraron teniendo varios escalofríos ante el humor del mayor. Al entrar en la casa pudieron ver que el pelirrojo y albino de la familia se encontraban sentados en la sala esperándolos. Cuando el mayor de los adolescentes estaba a punto de hablar la puerta de la casa se cerró de manera estruendosa provocando que todos los presentes en aquella sala temblaran levemente.

— Quiero una explicación clara Ha Baam

— ¿Qué quieres que te explique? Padre

— ¿Qué hacías en la casa de los Khun?

— Fui a hablar con Agüero

— ¿No podías esperar a mañana?

— No, no podía

— ¿Te disculpaste?

— Si, lo hice

— Veo

Después de aquellas palabras se creó un silencio incomodo en la sala, el rubio de la familia solo quería irse para poder dormir, el albino estaba en las mismas condiciones y el pelirrojo se encontraba preocupado al igual que el castaño mayor. Zahard había estado en la casa de los Khun al mismo tiempo que Baam, aun no entendían como es que este no lo había visto llegar a la casa, pero agradecían de que no haya pasado eso. Aún era muy temprano para que el menor de ojos dorados se encontrara con el rubio mayor.

— ¿Y te perdono?

— Si lo hizo

Ante aquella afirmación el menor de ojos dorados sonrió mostrando sus dientes mientras que sus ojos se formaban en media lunas, aunque aun así podías ver un pequeño destello en aquellos dorados ojos.

— Me alegra escuchar eso

El albino fue sincero en cómo se sentía ante la relación del menor de su familia y uno de los menores de la familia Khun.

— Si, es una alegría, pero no significa que te has escapado de tu castigo por haberte escapado.

— Lo sé padre

El pelirrojo de la familia se rio ante la situación que le ocurría al menor de aquella familia tan rara que se había formado. El rubio solo soltó un bufido molesto por la situación y camino hacía las escaleras para poder irse a dormir, después de todo a él ya le habían puesto un castigo por golpear al de ojos dorados. El albino imitó la acción del rubio contento de haber ayudado a su hermano, aunque claro estaba que después le pediría algo.

— Además de que le pondré barrotes a tu ventana

— ¿¡Qué!? Pero ¿¡Por donde me voy a escapar ahora!?

Y como le hubieran lanzado algo el albino dejo de subir la escalera gritando aquellas palabras sin darse cuenta que se había vendido el mismo.

— Tu eres idiota fantasma

— ¡Me vale mierda! ¡No pueden taparnos la ventana con rejas!

— Ha Blanco ¿Cómo que te escapas?

— Mierda

El albino dejo de mirar al rubio, ya que cuando este le insulto se había volteado para responderle. Sus ojos se enfocaron en los de su padre que le miraba con una sonrisa tranquila.

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now