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— Zahard

— Ese es mi nombre no lo malgastes

Aquel comentario tan egocéntrico por parte del rubio solo hizo que se estresara nuevamente, además de darle asco. Se volteó por completo y cruzo sus brazos sobre su pecho encarando al mayor, quería terminar rápido esto para poder volver con Baam, no quería y tampoco debía encontrarse con el rubio mayor.

— ¿Qué haces aquí?

— Vine a hablar sobre algunas cosas con tu padre

— Entiendo, ahora adiós

Termino aquella charla de manera rápida y volteó nuevamente su cuerpo para volver a subir las escaleras, pero un silbido provoco que se detuviera para hacerlo voltear a ver al rubio que le miraba con una sonrisa de burla en su rostro.

— ¿Hacer lo que acabas de hacer no es de mala educación?

— Si, pero nunca me importo ser educado contigo

— Por dios que humor tienes

— Si, si adiós

— Oye ¿Por qué tan apresurado?

— Tengo cosas que hacer

— ¿Más importantes que yo?

— Mucho más importantes

— ¿Acaso tienes a tu pareja esperándote?

Aquella pregunta descolocó al de cabellos celestes por unos segundos en el cual su rostro tomo un color rojizo sobre sus mejillas, pero esos segundos fueron suficientes para que el mayor lo notara y una sonrisa extraña se posara en sus labios.

— Así que ya reemplazaste a mi pequeña María de tu vida

— Primero, no me menciones el nombre de esa perra, sería feliz si ese nombre se exterminara de este mundo para siempre. Segundo, no, no es mi pareja la que me está esperando, es solo que no soporto tu presencia egocéntrica y petulante. Y tercero, cualquier cosa que tenga que hacer, hasta tirarme a mi cama, es más importante que tu mera presencia. Ahora si adiós.

Dicho lo que tenía que decir se volteó por tercera vez para encarar la subida de las escaleras dispuesto a alejarse de aquel ser rubio que solamente le desagradaba, pero una risa estruendosa lo detuvo. Un pequeño suspiro se escapó de sus labios y procedió a ignorar aquello para subir de manera rápida, pero no había subido ni dos escalones cuando alguien lo tomo de la muñeca provocando que se volteara. Sus ojos azules opacos chocaron con unos amarillos opacos que lo miraban de manera intensa provocando escalofríos en su persona, además de que tenía una pequeña mueca en su rostro por el agarre fuerte en su muñeca.

— Tu mocoso, te enseñare a respetarme

— ¿A quién le vas a enseñar que Zahard?

El menor no pudo responder a la obvia provocación del rubio mayor, quien había respondido era un albino que bajaba las escaleras junto con una chica albina. El mayor de ojos azules se encontraba mirando de manera fija el agarre que tenía el rubio sobre la muñeca de uno de sus hijos menores, en su alrededor se encontraba un aura electrificante, daba la sensación de que si lo tocabas te pasaría una corriente que te dejaría muerto de manera instantánea. La albina por su parte se encontraba tranquila por fuera, aunque por dentro quería alejar a ese ser rubio de su hermano menor.

— Eduan

— Zahard quita tus manos de mi hijo y aléjate de él.

— Pero acaso ¿No viste lo maleducado que está siendo conmigo? Si tu no le enseñas buenos modales, se los tengo que enseñar yo.

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora