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— Mira tu, si tenías ropa para salir

— Te odio

— Me vale verga eso, ahora vete a bañar

— Te detesto con toda mi alma

— Me amas y lo sabes ahora muévete.

El chico de cabello castaño jalo al contrarió para que se levantará de su cama lograndolo de manera inmediata debido al qu el chico de ojos azules no pesaba mucho. Lo empujó hasta la puerta del baño de su cuarto, lo hizo pasar y me dedico una sonrisa.

— Ahora quítate la ropa y bañate por ti solo o lo hago yo todo.

— Iugh no, ya lo hago yo. Arruinarias mi cabello si lo hicieras.

El de ojos azules fulminó con la mirada al castaño para que esté saliera riéndose del baño cerrando la puerta acercándose nuevamente al armario buscando la ropa que usaría el de menor estatura para la salida de esa noche.

— Mi osito es alguien bajo, contextura delgada, pero tiene caderas refinadas y un buen trasero. Además sus piernas no son ni tan delgadas ni tan gruesas, así que tendría que usar...

Sus ojos marrones miraron toda la ropa que había en el armario, algunas prenda con etiqueta aún puestas y otros ya no, no le sorprendieron.

Al final saco un jean de color celeste claro medio holgado, una camisa blanca y un poleron marrón claro. Tomo también un boxer negro y miro los zapatos.

— Eso lo puedo escoger después.

Se acercó al baño en donde se escuchaba la ducha sonar junto con un tarareo suave. Tocó dos veces y entro para dejar la ropa colgada a un costado, de allí salió cerrando la puerta y se sentó en la cama cruzando las piernas tomando su celular a esperar a que el chico terminada de bañarse.

— Esperemos que no le tome una hora lavarse su cabello.

Soltó un suspiro resignado ante esa idea, su amigo si que se cuidaba el cabello con sumo cuidado. Comenzó a escribirse con el pelinegro que había ocupado su corazón desde hace tiempo. Desde la primera vez que hablaron, sintió algo removerse en su interior.

Aún le daba risa que se terminaron confesando por un malentendido por parte del pelinegro al ver al castaño cerca de un chico indicándole cómo llegar a un lado. El pelinegro se había puesto celoso, lo había abrazado y le gritó al otro chico que se alejará de su chico. En verdad que le dio ternura, vergüenza y gracia.

Entre sus pensamientos y respuestas a los mensajes de su novio se pasó el tiempo de manera tranquila hasta que su amigo salió de la ducha hasta con el cabello secó y arreglado.

El castaño al oír el sonido de la puerta levantó su mirada del celular para ver a su amigo, primero parpadeo un poco antes de soltar un pequeño silbido.

— Para no querer ir, te arreglaste bastante.

— Cállate, siempre me arreglo.

— Si ajá, bueno vamos que los chicos ya están llegando.

— Si, si, un rato que me falta algo.

El chico se acercó a una pequeña caja que había en su escritorio, la abrió de manera suave y saco de allí unos anillos junto con el arete que siempre se lo sacaba el fin de semana.

— Ahora si

— Amigo, no importa que uses, todo luce espectacular en ti.

— Ya lo sé, podría usar una bolsa de basura y aún sería divino.

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now