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Cuando el castaño llego a su casa junto con su padre después de haber dejado a la albina en el orfanato para que descansara regresaron a su casa. En un principio el castaño menor se ofreció para quedarse en el orfanato para cuidar de la albina, pero esto fue descartado de manera rápida por ambos mayores quienes le hicieron recordar que tenía clases.

Por eso durante todo el camino el menor tenía un leve puchero en sus labios hasta que el mayor le dijo que se detendrían por unos panes. Aquello les trajo recuerdo a ambos y conversaron de manera amena mientras compraban los panes y luego volvían a la casa mientras los comían. Cuando el mayor estaciono la camioneta ya los habían terminado y el menor ya traía una sonrisa en su rostro.

Ambos castaños pensaron que ni bien llegar podrían descansar se equivocaron, al menos el menor, quien ni bien se adentró a la casa tenía a cuatro personas, un pelirrojo, un castaño, un peliceleste y un rubio, paradas al frente suyo.

— Baam/Tortuga negra

El menor de cabellos castaños se quedó sorprendido ante la aparición repentina de sus amigos y hermano ni bien pisaba su casa, sabía que había estado mal desde que dejo su institución, pero no pensó que sería tan grave como para que todos sus amigos se reunieran en su casa hasta tan tarde.

— Hola chicos

— ...

— Tienes que estar de broma para solo decir eso.

— ¿Eh?

El de ojos dorados llevo su mirada hacia el de ojos azules conectando ambas miradas, un pequeño temblor recorrió su cuerpo al reconocer aquella mirada fría del contrario cuando estaba molesto, los que estaban a su alrededor retrocedieron un paso al notar aquello. No es como si le tuvieran miedo, es solo que un Khun enojado era un Khun enojado.

— Agüero yo

— Agüero nada

— Pero

— Nada dije, no te costaba mandar un mensaje que ya estabas bien, no pedíamos ni una llamada, solo un mensaje. Entendemos que estabas preocupado por tu madre, pero eso no significa que puedas hacernos morir de preocupación a nosotros.

— ...

— Encima llegas y nos dices Hola como si nada, eso es demasiado.

— Agüero estas exagerando

Todas las miradas fueron a parar a la nueva voz que había aparecido, a la casa entraban un albino con los mismos tonos de ojos que el que estaba enojado y dos pelirrojos. La mirada del menor de ojos azules se hizo más fría al ver a su progenitor allí, aunque por dentro su mente trabajaba al ver a cierto pelirrojo.

— Ah ya veo

— ¿Agüero?

El de cabellos celestes le dedico una sonrisa bastante forzada al castaño antes de acercarse al sillón en donde estaban sus cosas, todos se quedaron en silencio viendo los movimientos del adolescente. Él por su parte esquivo a todos los que estaban frente a la puerta, su mirada se hizo más fría al pasar al costado de su padre, se detuvo junto al pelirrojo con el mismo tono de ojos y ladeo su rostro dedicando una sonrisa mientras que sus ojos se cerraban en media luna.

— Es bueno ver que dejaste de huir tío Enryu.

Su rostro volvió a ser uno frío antes de irse de esa casa, solo cruzo la calle y se adentró a la suya, no saludo ni a su nana y se fue a su cuarto. Azoto la puerta dando a entender a todos en la casa que no lo molestaran.

— Así que alguien molesto al asesino

— Kiseia cállate

— No entiendo porque lo defienden tanto

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now