79

443 85 175
                                    

El pelinegro iba lo más rápido que podía por el camino que había recorrido hace unos minutos para llevar a su amigo y novio a la casa del primero, estaba cansado y ahora tenia que regresar a ese lugar para recoger al tarado de su compañero que tenía cero neuronas por teñirse tanto el cabello. 

Su mente solo viajaba pensando en su amigo de ojos azules y el como su querido novio se debía de estar torturando la cabeza pensando que toda esa situación había sido su culpa después de haberle insistido al contrario de que fuera a la fiesta. 

— Maldita sea Karaka, me debes una grande. 

Su pie apretó el acelerador para que el carro llegara más rápido a su destino. Necesitaba estar con su novio, conocía demasiado bien aquella cabeza que por fuera parecía ser un idiota y estar siempre feliz, pero por dentro solo era un mar de dudas, culpabilidad e inseguridades. 

Cuando vio la casa donde había ocurrido todo se sorprendió al ver a un rubio maltratado y con restos de sangre, junto con una castaña que se encontraba peleando con el aire con su rostro todo sonrojado. Su cabeza solo comenzó a dolerle en ese momento, quiso dar media vuelta y regresar a la casa del de ojos azules. 

Pero si regresaba sin los otros estaba seguro que su novio se molestaría bastante con su persona por dejar atrás a sus amigos. Así que con pesar acercó el carro hasta estacionarlo afrente de ese dúo para luego apagar el carro y bajarse para ayudar a subir a la castaña. 

— Gracias por regresar Hatz

— Fui a arreglar tu primera cagada y aquí estoy por la segunda. Primero subiré a la princesa ¿Dónde esta Rak?

— El regresó por unos momentos para gritarme que no había podido perseguir con quien me pelee y que no regresaría hasta haberlo encontrado. 

— Maldita sea, bien después lo llamare. Vamos.

El pelinegro se acercó a la castaña de manera suave para que no se asustara y terminara golpeándolo. La chica dejó de lanzar golpes al aire al sentir su presencia y cuando lo reconoció se acercó a su persona reclamándole por haberla dejado sola en aquel lugar. Por su parte contesto a todo con un si mientras la guiaba al carro en donde la subió a la parte trasera, ni bien su cuerpo toco el asiento del carro se desplomo en el asiento cerrando los ojos para descansar. 

El pelinegro suspiro aliviado por este hecho y también por el hecho del que el rubio ya estaba sentado en el asiento del copiloto, aunque su comportamiento se le estaba haciendo demasiado raro. 

Se acercó al asiento del piloto, se subió y sin previo aviso arranco el carro para ir a la casa de la castaña a dejarla allí, no podía llevarla a la casa del chico de cabellos celestes en ese estado.  

Estuvo esperando todo el camino para que le rubio comenzara a hablar y dejara todo el misterio sobre su pelea y el porque Rak se había detrás de aquella persona sin esperar a nadie más. 

Al llegar a la casa de la castaña, se bajo para tocar el timbre haciendo que una chica de unos 15 años apareciera con una pijama de lagarto. Lo miro con el ceño fruncido, este solo señalo el carro. La chica sabiendo de que se trataba solo pudo suspirar cansada antes de abrir más la puerta dispuesta a dejar que el pelinegro. 

Regreso al carro para abrir la puerta trasera dejando ver a una castaña dormida por completo, con cuidado la cargo sin despertarla para llevarla dentro de la casa sobre el sillón de la sala, se despidió con la cabeza de la chica que le había abierto la puerta y regreso al carro. Al subirse al carro y ni bien cerró la puerta el rubio de su lado como si aun quisiera demostrar que estaba vivo suspiro, su rostro se volteó para verlo mientras su mano se dirigía a la llave del carro para encenderlo. 

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now