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El rugido de una moto se podía escuchar por las calles que estaban algo desoladas por la hora, aunque a sus lados pasaban autos y motos con personas que también salían a divertirse o regresaban a sus casas después de hacerlo. El albino miraba las calles mientras seguía apoyado en la espalda del rubio disfrutando de aquel momento que le volvían a cuando era joven, en verdad eran buenos recuerdos, aunque a su lado faltaba una moto roja con decoraciones doradas con dos personas riéndose. El agarré en la en la cintura en la persona que conducía se hizo más fuerte, aquellas personas habían muerto por la persona que abrazaba. En cambio, la persona de cabellos rubios se sorprendió levemente al sentir el abrazo más fuerte y miro de reojo al albino.

— ¿Todo bien?

— Hmm

Ambos gritaron para que el contrario les oyera, para el rubio aquella respuesta fue vaga y sintió que el albino se estuviera arrepintiendo de estar allí con él. Maldijo que el lugar en donde estuvieran quedara demasiado lejos de su departamento. Concentro su mente de nuevo en la carretera por donde estaba manejando, estaban a media hora de llegar si iban a este ritmo, con una leve sonrisa acelero la moto provocando que el contrario soltara un grito.

— ¡Zahard bájale a la velocidad!

El rubio solo se rio del más bajo mientras que seguía con la misma velocidad, pero de alguna manera su mente se encontraba despejada aún más teniendo cuidado por donde conducía. Lo que menos quería era causar un accidente en donde algo le pasara al albino y a él.

Les tomo menos de treinta minutos al llegar al apartamento del rubio, bajaron de frente al estacionamiento. Al dejar la moto primero bajo el rubio y luego el albino, ni bien los pies del más bajo tocaron el suelo fue jalado de la cadera pegando su cuerpo al del más alto, sus labios fueron atacados con vehemencia, solo alcanzo a enrollar sus brazos por el cuello del rubio dejándose llevar por este. Sus ojos se cerraron, quería dejarse llevar por aquel calor y sentimientos que le proporcionaba el más alto.

Por su parte el rubio tenía los ojos abierto guiando el camino hacía el ascensor, el cual llamó. Mientras esperaba que este llegara siguió besando de manera posesiva y demandante al de cabellos albinos. Por parte de este se dejó hacer, por el contrario, sus manos jalaban levemente el cabello de la nuca del más alto haciendo que este soltara varios gruñidos. Al momento en que el ascensor llegó ambos subieron aun besándose.

El rubio se separó levemente para sacar la tarjeta del ascensor y usarla pulsando el botón de su departamento. El albino aprovecho el respiro para tratar de regularizar su respiración por el beso, estaba excitado de gran manera gracias a solo el beso del rubio. Quería golpearse porque esto solamente le pasaba con el más alto, culpo a sus sentimientos.

El de ojos amarillos al voltear después de marcar los botones y guardar la tarjeta del ascensor, la imagen que vio del más bajo fue bastante excitante. Sus manos se encontraban tratando de ajustar su jean pegado para que la leve erección que tenía no se notara o no doliera tanto, sus mejillas sonrojadas, su respiración errática y sus ojos azules nublado. Se mordió el labio inferior y cual león acercándose a su presa de un movimiento rápido agarro las manos del chico para poder tomar de nuevo sus labios en un beso salvaje desde el comienzo.

Aprovechó el pequeño gemido que iba soltar por la sorpresa para introducir su lengua comenzando una batalla entre ambas, ahora mismo lamentaba vivir en el piso 35 del edificio. Sus manos soltaron las contrarías para así poder tomar la cadera del chico pegando sus cuerpos provocando que ambas partes que estaban excitándose se rozaran provocando que ahogaran un gemido y un gruñido entre sus labios.

Al separarse del beso un pequeño hilo de saliva los unía que fue roto por el albino al soltar un leve suspiro por el masaje que estaba recibiendo en sus glúteos, el rubio había bajado sus manos hasta esa parte para masajearlo. Al mismo tiempo bajo su rostro hacía el blanquecino cuello del más bajo para pasar su lengua por la blanquecina piel de este, le encanto sentir el temblor que había provocado en el contrario, comenzó a repartir pequeños besos castos, luego algunos húmedos y al final combino estos con mordidas dejándole varias marcas en su blanca piel.

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now