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Una nueva mañana y la castaña entro de nuevo a esa habitación de paredes celestes oscurecidas por las cortinas cerradas. Como ya era costumbre abrió dichas cortinas y volteo para levantar al su señorito, pero grande fue su sorpresa al no ver solamente un bulto en la cama, sino que eran dos pequeños bultos juntos tapados por completo. Solo se le vino alguien a la mente y se murió de ternura al acercarse y ver a ambos hermanos dormidos abrazados. De forma suave estiro su brazo derecho para acercar su mano y mover suavemente al mayor.

- Señorito Agüero es hora de levantarse.

Y como si el tiempo no pasara vio como el de cabellos celestes se removía un poco teniendo cuidado con su hermano menor abrió sus ojos celestes cual cielo de manera perezosa. Estuvo unos segundos parpadeando para acostumbrarse a la luz de la habitación. Luego volteo su mirada hacia su persona e indicio que haga silencioso para no levantar al menor. Ella asintió mientras tapaba su boca para reírse de manera suave.

- Sé que quiere quedarse, pero tiene que ir a tomar desayuno.

El mayor de los infantes solo asintió antes de cambiar de lugares con una almohada dejando a su hermano menor durmiendo abrazando ahora la almohada. Vio como el hermano mayor ahora se iba al baño para bañarse, ella por su parte saco su uniforme y lo coloco a un costado y le dio su espacio al menor para que se cambiara tranquilo.

Ahora el pequeño de cinco años salió con su uniforme puesto de manera pulcra, ella se acercó con una toalla nueva secando un poco aquellos cabellos celestes húmedos. Después de unos minutos en los que les pareció bien para que los cabellos ya no estuvieran tan húmedos dejo al menor de los tres de esa habitación siguiera durmiendo mientras que salía con el otro para ir al comedor.

El camino hacia ese lugar era tan silencioso como siempre, aunque estuviera acostumbrada le gustaría que el menor se abriera un poco y hablara más con ella. Pero ella sabía que le estaba pidiendo bastante al destino para que Agüero le hablara pues venia de la familia Khun y la mayoría de los descendientes de la cabeza de la familia eran callados a diferencia de este.

Después de unos minutos llego a la sala, abrió las puertas para que el infante pasara y ella en vez de acercarse a la parte trasera de su silla fue a donde estaba otra sirviente, se acercó hasta poder estar cerca de su oreja susurrándole donde estaba el menor de toda la familia. La otra sirviente como si le hubieran salvado la vida salió caminando rápido de aquella habitación para ir por el menor de la familia.

- ¿Dónde está Ran?

- Ya lo van a traer señorita Maschenny.

- ¿No lo fueron a buscar a su cuarto más temprano?

- El problema es que el señorito Ran no estaba en su cuarto.

- ¿Cómo qué no estaba en su cuarto?

- Se encontraba en cuarto del señorito Agüero.

- ¿De nuevo? ¿Agüero algo que decir?

Sintió como el chico de cabellos celestes se estremecía al escuchar la voz de su padre interrumpiendo su conversación con su hermana mayor, el infante levanto la mirada con sus ojos medio opacos. Aquel brillo que había visto unos minutos atrás había desaparecido y de nuevo la necesidad de llevárselo de esa habitación le invadió. El pequeño solo agacho con levedad su cabeza antes de soltar un suspiro bajo.

- Si padre, Ran vino a buscarme de nuevo porque tuvo una pesadilla y no podía dormir solo. Iba a buscar a la hermana Maschenny, pero Ran sabía que ella tenía un examen importante el día de hoy. Así que fue a mi habitación para dormir.

- Sabes que no puede hacer eso, ningún hijo mío puede ser miedoso por una simple pesadilla. Que no vuelva a pasar Agüero.

- Si padre.

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora