53

546 108 209
                                    

El tiempo pasa bastante rápido varias veces en la vida que cuando menos te das cuenta puede hasta pasar un mes. En el caso del chico de ojos azules pasaron dos semanas que se sintieron como un mes bastante rápido.

Durante esas dos semanas no volvió a mirar al chico de ojos dorados, tampoco hablaba de él y cuando sus amigos se ponían a hablar de él se iba de manera cortes hacia un salón vacío. Muchas veces se quedaba dormido allí o simplemente se pasaba horas tirado en el suelo como esperando algo que nunca iba a llegar a su parecer. Aunque para su sorpresa un rubio siempre lo encontraba y se reía de su aspecto tan malo.

El rubio mayor a pesar de estar ocupado se tomaba la molestia de verlo, se sentaba a su costado y lo acompañaba en silencio. Cada uno en su mundo, pero al mismo acompañándose para no estar completamente solos. Aquellas acciones fueron notadas por varias personas del instituto en el cual estaban, como siempre para ellos dos esos comentarios o rumores no les importaba y seguían en su mundo.

Y bueno, como era en todos los recesos desde hace dos semanas su amigo castaño le obligaba a comer en la cafetería para poder vigilarlo. Aunque ese día se les hizo demasiado incomodo no solo a él, sino que a todo el grupo porque a una mesa de ellos se encontraban sentados el castaño de ojos dorados y la chica rubia que había logrado separarlos. A otras dos mesas se encontraban el rubio mayor junto a su grupo hablando de manera tranquila.

— Oye ¿No sientes el ambiente un poco incómodo?

— Shh cállate ¿Acaso no lo notas?

— ¿Notar qué?

— Solo vámonos, por hoy hay que comer afuera

Aquellas dos personas salieron rápido de la cafetería al igual que otras, gracias a esas tres mesas el ambiente de la cafetería era bastante intenso. El castaño mayor que parecía no darse cuenta de las cosas miro a su amigo de ojos azules que comía con pocas ganas su pan especial de melón.

— Amorcito, luz de mis ojos, tienes que comer al menos esto

— Pero no tengo hambre

— Ni siquiera le refuta lo de los apodos

— La tortuga azul sí que está mal

— Nunca creí ver a aretes de nuevo así

— ¿Pueden callarse?

— Pero si nos puede callar

— Es que no tengo el humor para escuchar tus comentarios princesa mimada

— Oye cerebrito, no es mi culpa que te hayas dejado pisotear

— ¿Disculpa?

— Si yo hubiera sido tú le hubiera dicho a él lo que sentía desde hace tiempo y evitado que una perra como esa me lo robara. Pero como siempre, no haces nada

— ...

La de ojos miel sonrió con sorna al ver estado en el cual estaba el de ojos azules, pero se sorprendió al solo escucharlo suspirar y levantar su mirada viéndole con unos ojos azules profundos cual océano de noche. Era un azul que demostraba como se sentía el chico a pesar de no decir nada.

— ¿Terminaste?

— Yo creo que si

— Gracias

Y así se volvió a poner en silencio todo, las otras dos mesas se habían quedado calladas para tratar de escuchar lo que se hablaba en aquella mesa. Solo lograron escuchar algunas palabras. El castaño se empeñó en observar al de cabellos celestes hasta que abrió su boca hablando en un tono un poco fuerte provocando que todos lo escuchara.

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now