52

528 104 109
                                    

Ambos adolescentes se quedaron viendo por varios minutos sin moverse hasta que el menor de ojos dorados fue el primero en moverse. El chico se movió hacia donde siempre se sentaba el mayor cuando lo encontraba durmiendo y se sentó. El mayor se quedó viéndolo sin entender sus movimientos ni porque se sentaba en aquel sitio, hasta que lo vio palmear su costado derecho de manera suave como invitándolo a sentarse a su lado.

Sus pies no se movieron y dudo por varios segundos si debía acercarse o no, había soñado varias veces que el menor hacia eso, que le permitía volverse a echarse en sus piernas y que toda su atención estaba centrada en su persona. Pero antes de sentir las suaves manos del menor acariciando sus cabellos escuchaba su risa para luego verlo burlándose de él y que la chica de cabellos rubios también lo hacía. La duda seguía en su cuerpo hasta que miro los ojos dorados despejados mirándole de la única forma en la que el menor sabía mirarle.

Soltó un suspiro rendido y camino hasta sentarse al costado del menor. Al estar a su lado no lo miro, si no que se dedicó a mirar el cielo que combinaba con sus ojos. Sus piernas se encontraban estiradas para mejor comodidad, pero mientras que miraba el cielo azul un peso se añadió a sus piernas. Bajo la mirada y vio al menor viéndole con una sonrisa.

— Ya veo porque siempre te echas en mis piernas

— ¿Eh?

— Es cómodo

No hubo más palabras, no se tenía que decir nada más a su opinión en esos momentos. Se sintió a gusto después de una semana. Una pequeña sonrisa se apodero de sus labios al darse cuenta que su humor dependía bastante del menor, quería reírse de sí mismo por aquella situación en la que se dijo que nunca más quería estar, pero la diferencia de aquella vez con esta, es que la persona de la que dependía su humor no lo iba a traicionar como aquella chica de cabellos albinos.

El de ojos azules no apartaba la vista del chico de ojos dorados. Ambos pares de ojos no querían dejar de ver los ojos ajenos, como si tan solo verlos supieran lo que pensaba la persona a la cual le pertenecía aquellos ojos. Según varias personas que se especializan en arte o el manejo de colores el color dorado es un color fuerte con el cual no se puede combinar bien con otros, pero el color azul es un color especial que logra no solo combinarse con el dorado, sino que lo puede llegar a complementar. Esos colores justo ahora se estaban mirando analizando a la otra persona, analizando las emociones que transmitían solamente al verse.

Pero aquello se vio interrumpido por el sonido de la campana de que debían ir a clases, aquello provoco que ambos se dieran cuenta de que se habían quedado observando por bastante tiempo. El primero en desviar la mirada fue el mayor, sus mejillas se tornaron de un color rojizo que gracias a su piel blanca se notó más. El menor se quedó embelesado ante la imagen del mayor sonrojado y se rio suavemente ante su actitud tímida que tomaba siempre que estaba con él.

— No te rías

— No me estoy riendo

— Si lo estabas haciendo

— No, no lo hacía

Ambos adolescentes se quedaron callados y el mayor elevo su mano para acariciar los cabellos castaños del menor que se movían levemente por el aire que corría por allí. El menor cerro los ojos disfrutando de esas caricias, además que aquellas caricias le dieron a entender que se iban a quedar en ese lugar.

— Agüero

— ¿Mmm?

— ¿Por qué estas molesto?

Aquella pregunta tomo desprevenido al mayor quien dejo de acariciar los cabellos del menor y también dejo de mirarle para que aquellos ojos dorados no lo incentivaran a hablar. No quería que el menor se burlara, no quería molestarlo. Todo el valor que había reunido para decirle como se sentía el día del concurso se había ido en todo el tiempo que no habían estado juntos. Se habían ido volando como todo el tiempo que pasaban juntos gracias a la chica de cabellos rubios. No quería decirle que se moría de celos porque ahora pasaba todo el tiempo con esa chica, no quería decirle que le molestaba no ser su centro de atención, no quería decirle que su humor dependía de su presencia, no quería abrir su corazón cuando el destino al parecer le estaba diciendo que se quedara callado.

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now