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Otro día frío se presentaba a la hora de levantarse a las cinco de la mañana para alistarse para ir a trabajar, a pasos perezosos fue a su baño y se metió a bañar. Se alisto y bajo, ya no se sorprendió de ver al pequeño de ojos dorados subido en la banca para alcanzar la cocina preparando el desayuno.

- Buenos días Baam.

- Buenos días Jinsung.

Había pasado ya un mes exacto desde aquella discusión con Karaka, el chico rubio al parecer no se había disculpado con el de hebras azabaches, pero este mismo le había dicho que no se tenía que preocupar pues entendía que no le iba a agradar a todo el mundo. Así que se lo dejo pasar a regañadientes porque no quería causarles más penurias al de ojos dorados. Su momento de recuerdos se vio interrumpido cuando el delicioso aroma del café entro en contacto con su nariz. Le agradeció al infante y se puso a comer su desayuno de manera rápida pues ese día tenía una reunión de suma importancia teniendo que irse más temprano.

Al acabar beso la frente del menor que había terminado de colocar el desayuno para los otros dos menores de la casa y salió de la casa para partir a la empresa donde trabajaba. En cambio, el menor se sentó en su sitio y comenzó a tomar su desayuno de forma tranquila, a los minutos escucho unos pasos sabiendo que sería el albino de la casa.

- Buenos días enano.

- Buenos días hermano Blanco.

- ¿Padre?

- Hoy tenía una reunión importante así que tuvo que irse más temprano.

- Cuando eso pasa llega a altas horas de la noche, bien. Hoy no vendré a comer y tal vez llegue en la madrugada ¿Me ayudaras otra vez?

- Claro hermano, yo te cubro.

- Eres un amor.

Le dedico un guiño mientras terminaba de comer su delicioso desayuno. Desde hace un tiempo el menor le ayudaba a su hermano mayor a escapar de la casa cubriéndolo o convenciendo al mayor de la casa que no debía interrumpirlo porque estaba estudiando para los exámenes cuando en seguía de fiesta. Cuando llegaba en la madrugada el chico de ojos dorados lo ayudaba a subir por la parte trasera de la casa.

El albino se levantó justo al momento en donde el rubio de los tres chicos bajaba a tomar desayuno. El que recién se levantaba de la mesa dejo las cosas en la cocina para luego volver a subir para terminar de alistarse e irse a estudiar entre comillas. Él era un genio y seguía creyendo que el estudio era innecesario en su vida. No había nadie mejor que él en su salón y estaba seguro que no habría mejor si es que daba el 100% de su persona, ya que en el colegio a su opinión solo daba el 25% hasta menor.

El rubio se sentó en donde siempre iba y comenzó a tomar su desayuno, el de cabellos azabaches se sintió levemente incomodo, pero decidió quedarse en su sitio para que su hermano mayor no tuviera que comer solo como él había tenido que hacerlo. El rubio le miro de reojo medio fastidiado por su presencia.

- ¿No tienes mejores cosas para hacer?

- No

- Eres una molestia.

- Vamos hermanito no seas tan gruñón en la mañana.

- Tu cállate y deja de meterte donde no te invitan.

- Si es sobre Baam si me importa.

- Mentiroso

- Como digas, nos vemos Baam, ya sabes que hacer.

- Claro, que tengas un buen día hermano Blanco.

El albino salió de la casa con una pequeña sonrisa por haber logrado molestar al rubio de la familia. Hoy iba a ser un buen día para su persona. El rubio siguió comiendo su desayuno mientras seguía mirando de reojo a su supuesto hermano quien se mantenía en silencio mirándolo ansioso.

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now