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— Hermano Karaka, tenemos que hablar.

Aquella frase que salió de los labios del menor de cabellos castaños provocaron que el rubio mayor tuviera escalofríos en toda su espalda. La manera en la que estaba parado y lo enfrentaba no era nada parecida a la de su querido hermano. De manera automática retrocedió y tomo sus zapatos para colocárselos de nuevo dejando al menor en shock

— ¿A dónde crees que vas?

— A mi casa

— ¿Qué?

— ¿Qué?

Ambos hermanos se quedaron mirando por varios minutos, el rubio colocándose a medias un zapato y el castaño con una cuchara de la comida en la mano. Aquella escena sería bastante cómica, pero en ese momento no era.

— Ya estás en tu casa

— ¿Enserio?

— Enserio

— Entonces, vete

— ¿Qué?

— ¿Qué?

De nuevo se quedaron mirando por varios minutos, pero esta vez el rubio de manera recta con ambos zapatos mientras que el menor le miraba ahora con el ceño fruncido por cómo estaba actuando de manera inmadura su hermano.

— ¿Por qué tendría que irme?

— Porque mi verdadero hermano menor tendría que volver

— ¿Qué?

— ¿Mmm?

El de cabellos castaños lo miro ahora sin entenderlo, pero sin borrar su ceño fruncido y sus ojos opacos. Al mismo tiempo se acercó al mayor.

— A que te refieres

— ¿Acaso estoy hablando en otro idioma?

— Si, eso parece

— Lo que quiero decir es que tú no eres mi hermano, mi hermano menor verdadero vendría a abrazarme y me diría que me extraño, me preguntaría como me fue la preparatoria y me diría que me hizo mi comida favorita para felicitarme.

— ¿Y?

— Y tú no hiciste eso, así que no eres mi hermano. Tú eres...

El mayor termino de acercarse al menor importándole poco si entraba a su casa con los zapatos puestos. Se paró al frente de él bajando un poco la cabeza ante su tamaño. Lo miro con sus ojos amarillos opacos, como si en verdad tratara con alguien que no fuera un ser querido para él.

— Tu solo eres una marioneta que está siendo controlado por una víbora que acabara con tu vida. Eres alguien que no se da cuenta que está dejando de lado a personas que lo aman. Abre los ojos, esa perra solo está haciendo q-

El rubio no termino de hablar porque un puñetazo termino cayendo en su mejilla provocando que ladeara la cabeza hacia un lado. Sus ojos se abrieron un poco más ante la sorpresa del golpe y cuando volteo de nuevo su cabeza para observar al de ojos dorados lo mira con unos ojos opacos pero brillosos.

— No hables así de Rachel

El rubio frunció el ceño ante las palabras del chico antes de que las comisuras de sus labios se crisparan, seguidamente abrió sus labios dejando salir su risa, una risa que estaba llena de ironía.

— ¡No me jodas! ¿Me pagaste solo por qué hable mal de esa perra?

Habló entre risas mientras que negaba con la cabeza antes de callarse de manera abrupta, su mano se elevó para ir a sus cabellos y ponerlo hacía atrás. Luego soltó un suspiro y su mano que dejo sus cabellos se dirigió en forma de puño hacia el rostro del menor encestándole un golpe que lo hizo retroceder.

My Person [BaKhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora