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— ¿Eres Gay?

Aquella pregunta había tomado desprevenido al de ojos dorados provocando que sus mejillas se tornaran de un intenso color rojo. Esa reacción le dio a la castaña una buena sensación, a su pensar tal vez el chico se avergonzaba de que lo confundieran y le diría que no, así ella podría comenzar a poner en acción su plan de conquista.

— Yo no sé

— ¿Eh?

La castaña miro incrédula al chico, se esperaba un sí o un no, nunca se esperó recibir una respuesta que fuera vaga.

— Yo nunca me he enamorado o he sentido atracción por alguien, pero estoy seguro que ante todo su género seria lo que menos me importaría.

El de cabellos azabaches había subido su mirada y aunque sus mejillas siguieran teñidas de un leve rojo en su mirada dorada solo se notaba determinación ante sus palabras. La castaña tuvo que desviar su mirada para no quedar ciega ante tanta pureza.

— Tienes que dejar de ser tan puro

— ¿Eh?

— Ven vamos, los locos del grupo fácil ya te están buscando.

— Androssi

Cuando la castaña estaba a punto de hablar la puerta del salón fue abierta con violencia dejando ver a un rubio que miraba la posición de ambos. La castaña ante la sorpresa había saltado levemente tropezándose con sus pies cayendo encima del menor. Detrás del rubio se encontraban el pelirrojo, el de cabello celestes, el castaño y el pelinegro. Se quedaron quietos ante la escena, aunque en la mirada azul de cierto chico se podía ver disgusto y la castaña quien era receptora de aquella mirada lo podía sentir.

— Eh así que nos preocupamos por gusto.

Aquellas palabras salieron de manera sarcástica de los labios del chico de mirada azul que dejo de ver la escena para irse. El castaño miro a su amigo, no lo entendía, solo miro la escena antes de poner una sonrisa burlona.

— No sabía que te gustaban menores Androssi

— Esto no es

— Te voy acusar de pedofilia, deja a mi hermano

Todos los presentes miraron al rubio que se encontraba fulminando a la castaña, se levantaron de aquella escena vergonzosa y el de ojos dorados busco a su amigo de cabellos celestes al no verlo ni bien se levantara.

— ¿Agüero no había venido?

— La tortuga azul se fue hace un minuto dijo que tenía cosas que hacer

— Ya veo

El pelirrojo no noto como el tono del chico había cambiado a ser uno triste al no ver a su amigo allí, pero cierta castaña que estaba interesada en el chico si lo noto, no le gusto aquello así que de manera ágil paso su brazo por los hombros del menor y lo atrajo a su cuerpo.

— No te preocupes por ese gruñón seguro se fue al salón a pasar el rato solo. Eso le gusta.

— Androssi tiene razón, no te preocupes Baam

— Oye mocosa suelta a mi hermano

— ¡No me llames mocosa!

— ¡Pero si eso eres!

Los jóvenes comenzaron a pelear siendo seguidos por las risas de los demás al ver el desastre que eran a pesar de ser mayores, así el de ojos dorados paso inadvertido entre los demás para poder ir a buscar a su amigo de ojos azules.

— A Agüero no le gusta la soledad

Murmuro para sí mismo, podía ser poco el tiempo que conocía al mayor de ojos azules, pero se había dado cuenta de aquello. En su mirada azulina se notaba como odiaba la sensación de soledad. Es como el odiaba las noches sin luna o estrellas, eran tan oscuras que le daba miedo.

My Person [BaKhun]Where stories live. Discover now