Capitulo I pt.2

971 71 2
                                    

Obito se despertó por la mañana, olía a panqueques y huevos fritos. Salió a la habitación y se dirigió a la cocina, ahí vio a Mikoto preparando el desayuno.

— Hola, querido —la mujer saludó con una sonrisa en su rostro.

— Hola —respondió tímidamente Obito.

— ¿Tienes hambre? —el estómago del niño rugió como respuesta y la mujer rio delicadamente—. Toma asiento.

Obito se dirigió a la mesa lentamente y se sentó, tímido. Mikoto sirvió el desayuno y se acercó a él, entregándole su plato.

— Gracias —dio gracias por la comida y después tomó los cubiertos para empezar a comer. Mikoto sonrió, pero después de eso su sonrisa desapareció y lo miró con compasión.

— ¿Recuerdas...? —dijo tratando de hablar con el pequeño—. ¿Recuerdas lo que pasó?

Fugaku entró a la cocina, portando su uniforme de la policía militar, se acercó a su esposa y después de regalarle un tierno beso de buenos días se sentó frente a Obito.

— No —dijo el niño observando fijamente su plato—. No recuerdo nada.

— ¿Sabes tu nombre? —siguió interrogando la azabache.

El niño hizo una mueca, al parecer forzando los recuerdos, después respondió — Obito, Uchiha Obito.

— ¿Recuerdas algo más? —Fugaku se introdujo a la conversación.

— Soy Obito Uchiha —dijo aún sin despegar sus ojos del plato, como si al verlo pudiera recuperar sus recuerdos—. Nací el 10 de febrero, tengo cuatro años. Mi hermana... —se forzó al decir la última frase—. Tengo una hermana pequeña.

Fugaku miró a su esposa y después volvió su vista al niño.

— ¿Recuerdas a tus padres?

Obito soltó los cubiertos y se mantuvo callado mientras apretaba sus puños con fuerza.

— No... —levantó su mirada tiempo después y fijó sus ojos oscuros en ambos Uchiha—. ¿Ustedes son mis padres?

— No —respondió el Uchiha mayor con crueldad.

Las palabras del hombre hirieron al chico, quien volvió a agachar la cabeza tratando de ocultar cómo sus ojos se cubrían de lágrimas.
Mikoto miró furiosa a su esposo, después se dirigió al niño y lo envolvió en un abrazo.

— ¿Entonces quiénes son ustedes? —preguntó Obito, deshaciéndose del agarre de la mujer—. ¿Dónde están mis padres?

Mikoto se hizo a un lado y antes de que su esposo respondiera la pregunta ella lo interrumpió.

— Somos tus tíos.

— ¿Y mis padres? —volvió a preguntar el niño.

— Yo... —la mujer no sabía qué responder, así que miró a su esposo pidiéndole ayuda.

— Están en una misión —habló al fin el azabache—. Tu padre, Masaki, mi hermano, salió a una misión con su esposa.

Obito asintió, fingiendo creer en las palabras del hombre. Mikoto suspiró aliviada, viendo como el pequeño niño se tranquilizaba. Obito mordió su labio al ver cómo había logrado convencerlos, aunque por dentro le era difícil creerles y aún tenía la duda de por qué no podía recordar nada. Supo que sería más fácil para él fingir que todo estaba bien, que tenía una familia y que sus padres regresarían pronto a su lado.

La familia siguió con su almuerzo, después Mikoto fue al cuarto por la bebé, y trajo consigo al otro niño para darles de desayunar. Dejó a la bebé en manos de su esposo y ella cargó al niñito.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now