Capítulo XIX pt.3

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Bajé por el oscuro y estrecho pasadizo mientras Fugaku caminaba por delante mientras iluminaba con una antorcha.

Se detuvo frente a una puerta de metal grueso que estaba cubierta con candados, me dio la antorcha y comenzó a rebuscar en sus bolsillos la llave.

— ¿Qué es este lugar? —pregunté, intrigada.

El mayor no respondió y sólo se dedicó a abrir cada uno de los candados, en silencio. Cuando terminó noté cómo dejaba su mano pegada en la manija, dudando si abrir la puerta o no, iba a rebuscar en sus pensamientos para averiguar qué estaba pasando pero antes de hacerlo escuché cómo el seguro de la puerta se abría. Fugaku entró y yo lo seguí.

Estaba oscuro pero segundos después la habitación se iluminó debido a las antorchas que Fugaku había encendido. Ni siquiera inspeccioné el lugar, mis ojos se centraron inmediatamente en dos enormes retratos que colgaban del centro de la pared que estaba enfrente de la entrada. Era un hombre y una mujer, los miré a sus oscuros ojos azabache y enseguida mi cabeza comenzó a doler, varias imágenes borrosas pasaron por mi mente, era tanta la información que no pude si quiera procesarla, me tiré al suelo sujetando con fuerza mi cabeza debido al intenso dolor.

Dos hombres ancianos abrazando felizmente a una bebé que estaba llorando, los criados de la casa saltando de la felicidad. El recuerdo dio un giro, ahora esos dos hombres lloraban, los criados habían sido masacrados, la bebé sujetaba en su mano el emblema del clan Uchiha y de su cuello colgaba un collar que llevaba dos anillos, sus alaridos eran tan fuertes que hacían resonar toda la habitación. De nuevo la visión cambió, ya no estaba más en una habitación, ahora estaba en medio del bosque, miré a mi alrededor y vi al hombre del retrato hablando con un niño al que no le pude distinguir el rostro, un enorme lobo estaba a su lado.

— Iré a buscarte cuando sea el tiempo, mientras tanto, cuida de tu hermana —lo escuché decir.

Ambos se giraron para verme y cuando lo hicieron volví a la realidad. Fugaku estaba a mi lado agitando mi cuerpo para que reaccionara. Abrí los ojos, estaban sangrando al igual que mi nariz.

— ¿Q-qué fue eso? —dije asustada, con voz entre cortada—. ¿Quiénes son ellos?.

Fugaku me abrazó y acarició mi cabello para tranquilizarme —Tranquila, tranquila.

Cuando me calmé me senté en el centro de la habitación, sin quitarle la vista a los dos retratos.

— La mujer es Uchiha Akane, y el hombre es su esposo, Uchiha Madara.

Escuchar ese nombre se sintió como una puñalada al corazón.

— Eso... Eso no... —no podía creerlo—. El enmascarado...

— Él no es Madara, sólo es alguien que se hace pasar por él para infundir miedo, Madara murió hace muchos años. Ya has escuchado la historia de la fundación de la aldea y de nuestro clan, sabes bien quién es Madara y sabes bien que murió a manos del primer Hokage, ¿cómo pudiste creerle a ese impostor que era Madara?.

— Yo... —me mordí el labio inferior—. Estaba tan desesperada por saber quién era que le creí sin protestar, era más fácil... Saber que ese asesino se trataba del temible Mandara, y no de otra persona, no creí que nadie más fuera tan despiadado para hacer todo lo que hizo.

— Pues te equivocas, el asesino al que buscas no se trata de Madara.

— ¿Entonces quién es? —sin pensarlo lo sujeté del cuello amenazándolo. Fugaku no dijo ni hizo nada, sólo me miró. Parpadeé un par de veces y lo solté—. Lo siento.

— Cómo sea... —suspiró—. Te traje aquí porque necesito decirte algo.

(...)

Hablamos durante horas, me contó todo acerca de nuestro clan y su fundador, me contó acerca de Akane y Madara, yo le conté sobre la visión, o más bien sobre el recuerdo que había tenido. Me dijo que la bebé era su hija, su nombre era Kaori.

— Mis padres me llegaron a llamar así, ¿por qué?.

Apretó los labios —Llegaron a decirme que querían ponerte ese nombre, pero al final se decidieron por Anaru, tal vez sea por eso.

Arquee una ceja, no muy convencida.

— ¿Sabes lo que significa Kaori? —negué con la cabeza—. Significa "perfume de la mañana", para tus padres fuiste como una mañana hermosa que llegó para perfumar sus vidas, por eso quisieron ponerte ese nombre, pero al final se decidieron por Anaru, creyeron que te quedaría mejor, ya que querían que fueras "amable y valiente".

Sentí un dolor en el corazón debido al recuerdo de mis padres.

— Ya veo...

— Escucha, sobrina —puso su mano sobre mi hombro—,ahora que ya conoces toda la historia, quiero preguntarte algo —me miró detenidamente, lo conocía, sabía que era un tema serio—. Te criaste con los ideales de Masaki, él tenía la voluntad de fuego, ¿tú... también la heredaste?.

Tensé la mandíbula y suspiré, me quedé unos segundos callada, pensando en la respuesta, no en la respuesta que él o mis padres hubieran querido escuchar, sino en la que de verdad sentía.

— No.

Lo dije, por fin lo había dicho en voz alta sin pensar en los demás. La verdad pura, no había heredado la voluntad de fuego, de seguro mis padres, mi hermano, Minato sensei, Itachi y Shisui estarían decepcionados, pero era la verdad, ya no debía fingir más.

Fugaku soltó una sonrisita que trató de contener.

— Ya veo... —su semblante volvió a ponerse serio—. Anaru, el golpe de estado se hará en una semana, durante la Luna Nueva.

Mi mente se bloqueó por unos segundos, no sabía cómo reaccionar ni qué decir a lo que había dicho.

— Quiero que estés conmigo en el frente.

Puse mi mano en mi garganta, tratando de que mis cuerdas vocales volvieran a funcionar.

— ¿E-en una semana?.

— Si, ya está todo listo. Contigo y con Shisui en la batalla, seguro que ganaremos sin problemas.

— ¿Y qué hay de Itachi?.

— Mi hijo ha tomado su decisión —sus facciones se endurecieron—. Él ha decidido la aldea sobre su clan. Respetaré su decisión, ya es un hombre que puede hacerse cargo de las consecuencias de sus actos.

— Tío Fugaku...

— Escucha, Anaru —puso ambas manos sobre mis hombros—. Ya es hora de terminar con este círculo de guerras sin fin, por fin el clan Uchiha se levantará entre sus enemigos y tomará el control, el clan Uchiha renacerá de las cenizas y volverá a su antigua gloria, y tú formarás parte, tu nombre estará escrito en todos los libros y murales.

No pude decir nada más. Esa noche volví a casa, pensando en lo que debería hacer. Itachi y Shisui no iban a permitirlo, debía decirles lo que hablé con Fugaku, pero entonces pensé en que si lo hacía estaría poniendo en peligro a Shisui, él pondría su plan en marcha y la persona que está tras sus ojos lo buscaría antes del golpe de estado e intentaría atacarlo.

No volví esa noche a casa, en lugar fui al cementerio y me senté frente a la tumba vacía de Obito, tenía muchas cosas que pensar.

— ¿Qué debo hacer, hermano? —las lágrimas volvieron a salir—. Acaricié su nombre en la lápida—, ¿por qué no estás con mis padres?, ¿hay algo que te impide descansar en paz?.

Miré el collar que Fugaku me había dado, era el mismo collar que la bebé Kaori tenía en mi recuerdo y por alguna extraña razón él quería que lo tuviera. En los anillos estaban inscritos los nombres de Madara y Akane, acaricié los nombres, una extraña pero melancólica sensación me abrumó, se sentía tan familiar que hacía que por alguna razón mi corazón se entristeciera, me colgué el collar en el cuello y alcé los ojos al cielo. La Luna estaba más grade y brillante que de costumbre, sin duda el tiempo estaba cerca.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now