Capítulo XII pt.4

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Besé la piedra en forma de corazón y lo guardé debajo de mi blusa, después me sujeté el cabello y me preparé para atacar. Activé el sharingan y percibí a por lo menos veinte ninjas subiendo las escaleras, estaban respirando como toros embravecidos, era obvio que ya no venían para atarme las manos, venían para asesinarme.  

En un instante el sharingan se convirtió en el mangekyo, si ellos no iban a contenerse entonces yo tampoco.

Los ataqué uno por uno, con ninjutsu, taijutsu e incluso genjutsu hasta que no quedó nadie respirando.

Subí las escaleras esquivando los cuerpos que estaban tendidos, la sangre bajaba  por los escalones, apoyé bien los pies para no resbalarme hasta llegar al tercer piso. Cuando llegué a la última puerta escuché una bomba a un par de casas, miré por la ventana, era el lugar donde Orochimaru me había dicho que tenían a la princesa. Debía apresurarme. 

La reina estaba sentada en una esquina de la habitación, estaba temblando y traía las manos, los pies y la boca atados. La desaté y la cargué sobre mi espalda, se había desmayado al ver todos los cuerpos en el vestíbulo. Salimos de la casa y busqué un lugar seguro para dejarla y poder ir por la princesa. Miré a ambos lados de la calle en busca de mi hermano y su equipo. No había seña de ellos.

.....

— Se están tardando mucho —refunfuñó Tenma mientras se recostaba debajo de un árbol—. Quiero algo de acción, estoy aburrido.

— No bajes la guardia, podrían llegar en cualquier momento —Itachi lo reprendió mientras vigilaba el lugar.

— Llevamos horas aquí y no hay ni señas de las chicas o de algún guardia.

— Fuji —Itachi miró al chico—. Ve a ver qué pasa, pero no te acerques demasiado, ten cuidado.

— Hai.

Fuji corrió en dirección al distrito mientras que Itachi y Tenma vigilaban el lugar.

— Ya estoy harto de que no pase nada —Tenma se puso de pie, irritado—. Se suponía que debía haber más acción al ser una misión de rango S.

El chico comenzó a caminar en dirección al bosque e Itachi lo detuvo.

— ¿A dónde vas?.

— Voy a buscar algo con qué matar el tiempo.

— No deberías alejarte —Tenma no lo escuchó y siguió caminando—. Tenma.

— ¿Ahora qué? —el chico se giró con irritación para mirar a Itachi.

— Cállate, no hagas ruido. Alguien se acerca.

Tenma sonrió ampliamente.

— Si —el castaño dijo con emoción.

Alguien apareció entre los arbustos. Un hombre con una máscara que solo le dejaba ver un ojo. Un ojo que tenía un sharingan.

La sangre de Itachi se heló y comenzó a hiperventilar. Una sensación de profundo terror les recorrió los huesos hasta la médula.

— I-itachi —Tenma se paralizó ante la abrupta presencia del hombre.

Itachi estaba temblando y sus dientes rechinaban. El hombre de la máscara sólo se quedó de pie mirándolos a ambos. Lentamente sacó lo que llevaba escondido detrás de él. Las pupilas de los chicos se dilataron al ver lo que era, Tenma comenzó a vomitar e Itachi entró en shock. 

El hombre sostenía las cabezas de Yūki junto con la de los otros dos jounins.

Los pies de Itachi fallaron provocando que cayera al suelo y su mente se bloqueó por completo, ni siquiera podía parpadear. Tenma se incorporó de nuevo y dirigió su mirada hacia Itachi, jamás lo había visto así, así que se preocupó, sabía que en estos momentos Itachi no podía defenderse y a juzgar por el aura tan aterradora del hombre que estaba parado frente a ellos a unos cuantos metros, no los iba a dejar escapar.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora