Nuestra promesa «Shisui Uchiha» [EDITANDO]

Capítulo XVIII pt.4

Siete meses pasaron aproximadamente. Después de la noche en que Shisui había ido a ver a Kakashi decidimos mudarnos juntos, ya que ninguno de los dos podía dormir, necesitábamos estar juntos ya que las pesadillas eran recurrentes. Esa noche Shisui me dijo que llamó a la casa de Kakashi pero nadie respondió, según miembros de la policía militar Kakashi no había dejado la casa, entonces Shisui entró y se topó con una escena perturbadora, Kakashi se retorcía en el aire, había intentado quitarse la vida ahorcándose, por suerte Shisui llegó a tiempo y logró salvarlo.

Naruto se había ido de la aldea con Jiraiya, uno de los legendarios sannin, quien al parecer sabía muchas cosas acerca de mí, sabía que yo había asesinado a Orochimaru y sabía que había tenido contacto con los miembros de Akatsuki, además de que tenía conocimiento de mi habilidad de resucitar seres vivos, fue algo que él clasificó como "jutsu prohibido" y me repitió una y otra vez que jamás debería volver a utilizarlo.

Le pedí al Hokage que las misiones que tenía asignadas para Itachi me las diera a mí, desde la última noche en que Itachi se había abierto a mí decidí que haría algo para cambiar las cosas, ahora Itachi tenía más tiempo libre para estar con su familia y con su novia, y yo estaba agradecida con eso, ya que él, Sasuke e Izumi se veían cada día más felices, pero debido a eso mi relación con Shisui se hacía cada vez más difícil, ya que yo siempre estaba fuera y él había estado practicando últimamente en el Kotoamatsukami, ya que el tiempo de usarlo para detener la lucha entre el clan y la aldea se había acercado.

(...)

Entré a casa y me quité los zapatos, Shisui estaba recostado en el sofá con los ojos cerrados, no traía camisa, me mordí el labio inferior y me acerqué a él para darle un beso en la frente, pero antes de irme el me tomó de la muñeca e hizo que me subiera sobre él.

— Creí que estabas dormido —dije mientras acariciaba su cabello.

— Te extrañé mucho —dijo mientras besaba mi cuello.

— Yo también.

Las manos de Shisui comenzaron a subir por debajo de mi camisa, jamás iba a entender cómo sus simples caricias hacían que me desconectara por completo, ahora él definitivamente ya tenía todo el control sobre mí. Los besos fueron subiendo de intensidad y de un rápido movimiento se deshizo de mi camisa, besó mi pecho una y otra vez mientras sus dedos se deslizaban hacia mi parte íntima. Abriéndose paso por debajo de mi pantalón y mis bragas.

— Estás... —soltó un suspiro sobre mi boca—, estás muy mojada.

Y con esas simples palabras hizo que me mojara más, Shisui rió, divertido por mi reacción y me sujetó de las caderas para levantarme, caminó a la habitación, pero antes de entrar me empujó contra la pared y comenzó a devorar mi cuello. Palpé su muy trabajado cuerpo y solté varios gemidos cuando él tocaba las partes sensibles de mi cuerpo. Minutos después entramos por fin a la habitación, Shisui me despojó de toda mi ropa e hizo lo mismo con la suya, su miembro ya estaba erecto y se notaba que estaba palpitando, hice que se sentara en la cabecera y metí su miembro en mi boca, sabía que a Shisui le encantaba, ya que lograba hacer que perdiera completamente la cabeza, Shisui era un hombre amable, cariñoso y respetuoso, pero en la cama era todo lo contrario y eso me encantaba, ya que estaba completamente equilibrado. Después de que Shisui se vino, fue mi turno, se puso sobre mí y comenzó a embestirme, cada embestida se hacía cada vez más feroz, sentía verdaderamente que iba a destrozarme la vagina, pero eso me encantaba, ya tenía varios días que no habíamos podido hacer el amor, así que ahora estábamos reponiendo el tiempo perdido, sin duda mañana no podría caminar. Apreté mis caderas y eso hizo que Shisui soltara múltiples gruñidos y maldiciones, me encantaba como sonaba su voz ronca en medio del sexo.