Capítulo III pt.4

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Dos semanas después ocurrió un evento importante. Nuestra familia junto con Minato y Kushina-san fuimos convocados a la academia por el Tercer Hokage.
No tenía idea del por qué y mis papás se negaban a contarme.
Durante todo el camino Obito no dijo ni una sola palabra, parecía triste, cosa que se me hizo muy extraña.

Cuando entramos a la academia se encontraban el Tercer Hokage junto con sus consejeros y un par de cazadores ANBU, arqueé una ceja confundida.

— Bien, daremos inicio a la ceremonia de graduación —giré la cabeza hacia el Hokage, definitivamente no tenía idea de lo que estaba pasando, pero al parecer Obito sí, ya que chasqueó la lengua con frustración—. Kakashi, puedes pasar.

De inmediato mis ojos se abrieron con gran sorpresa, durante dos semanas no lo había visto, y verlo en estas circunstancias me tenía completamente desconcertada, traté de huir, pero mamá me detuvo.

— Mamá, por favor —insistí—. No quiero estar aquí.

— No seas así, querida —me regañó—. Esto es importante para Kakashi.

Rodé los ojos y no me quedó más que aguantarme y evitar a toda costa al peliplata, estaba molesta, dirigí mi mirada hacia Obito, tenía un lío de emociones dentro de él, estaba triste, frustrado, molesto y se sentía como un inútil, pero muy dentro de él noté que descansaba un sentimiento de genuina felicidad y respeto hacia Kakashi.

Ay, Obito...

Al fin la ceremonia terminó, Kakashi ya era oficialmente un gening, el Hokage no le asignó ningún equipo, decidió dejarlo sin un sensei por ahora y le pidió que empezara a hacer misiones de rango C él solo.
Ese mismo día Obito se dió cuenta de que Rin estaba enamorada de Kakashi, todo este tiempo eran tan obvios los sentimientos de la castaña hacia el peliplata, pero Obito aún tenía la firme esperanza de que la castaña llegara a sentir algo por él, de hecho, Rin fue quien le pidió a Obito que viniera a la academia, como Obito no tenía idea de lo que iba a pasar, pensó que la castaña iba a declarársele, pero al final sólo vió cómo la chica llenaba de flores, halagos y amor al peliplata.

Kakashi como siempre no mostraba ninguna emoción, y desde la muerte de su padre las cosas habían empeorado, antes, por lo menos sonreía, aunque fuera una vez por semana, ahora ni siquiera eso, era como si estuviera prácticamente muerto por dentro.

Obito se sentó en un columpio que estaba frente a la academia, estaba triste.
Salí a buscarlo y a lo lejos vi cómo dejaba caer un ramo de rosas y una pequeña carta al suelo, fruncí mi labio y me acerqué a él.

— ¿Cómo estás? —le pregunté sonriendo, tratando de hacerlo sentir mejor.

— Estoy bien —sonrió de la manera más falsa posible.

Negué con la cabeza —No es cierto, nii-san, sé que no es así.

— ¿Entonces por qué preguntas si ya conoces la respuesta?

— Porque quería ver si eras honesto con tu hermana —el rostro de Obito cambió, mostrando un sentimiento de culpa.

— Nee-san, lo siento, no quería engañarte, es solo que...

Volví a negar con la cabeza, si algo había aprendido de lo que pasó con Kakashi era que no debía insistir ni meterme donde no me llamaban —No me lo digas si no quieres, solo quiero que sepas que tu hermana menor te ama más que nada en el mundo, y si quieres hablar, ella estará aquí para apoyarte.

— Nee-san —sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Sonreí y le di un abrazo.

— Me voy, descuida, no estés triste, ¿recuerdas la promesa que me hiciste? —él asintió—. Yo creo en ti, hermano, sé que tú lo lograrás. Eres un niño muy dulce y bueno.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora