Capitulo III pt.3

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No te quiero en mi vida, solo aléjate...

Esas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez hasta que finalmente descansaron en mi corazón.

¿Este es el amor que tanto mencionaba papá?, duele horrible...

Kakashi bajó las escaleras y yo me quedé tirada en el suelo bajo la lluvia que ocultaba mis lágrimas, no fue necesario mirar a Kakashi a los ojos para comprobar que lo que había dicho era cierto, porque dentro de mí pude sentir que lo era.

¿Qué hice mal?, debe haber una razón por la cual me dijo eso, ¿todo fue mi culpa?, debo ser realmente molesta... Claro, solo soy una niñita.

Después de pasar horas y horas encontrando una razón convincente para descifrar por qué Kakashi había dicho lo que dijo, mi cabeza comenzaba a arder, sin mencionar mi corazón, que, a este punto, por el dolor tan grande, dejé de sentirlo.
Me levanté tambaleándome, aún buscando una respuesta. Caminé con la intención de ir a casa y recostarme en mi cama y cubrirme con las cobijas.

Justo a la mitad del camino me detuve, recordé la promesa que le había hecho a Itachi de ir a entrenar con él, alcé la vista y noté que la lluvia empezaba a calmarse. Observé mi reloj, iba cuarenta minutos tarde, chasqué la lengua con fastidio y me dirigí al campo de entrenamiento.

Cuando llegué lo primero que hice fue excusarme.

— Lo siento, Fugaku-san... —traté de no verlo a los ojos—, lo que pasa es que...

— Trescientas vueltas al campo, ahora —ordenó sin molestarse en escuchar alguna de mis excusas.

— ¡H-hai!.

Suspiré aliviada y me puse en marcha. Comencé a correr rodeando todo el campo de entrenamiento con la vista fija en mis pies. El pasto estaba mojado, provocando que me ensuciara todos los zapatos, la brisa traía pequeñas gotitas de agua que mojaban mi cara, era una sensación muy agradable.
PpMientras corría traté de olvidar el incidente con Kakashi y agradecí que Fugaku me pusiera a correr, servía de distracción y podía evitar mirar de frente a Itachi, no podría hacerlo ahora, si lo hacía, de inmediato se daría cuenta de que algo andaba mal. Una ligera sonrisa se formó en mi rostro al pensar en que al menos me había librado de la extensa platica que tendría con mi primo y que solo serviría para abrir más la herida. Mientras aún pensaba en aquello un pequeño azabache apareció a mi lado corriendo a la par conmigo.

— ¿Qué pasó? —fue directo al grano mientras me observaba fijamente y corría al mismo paso que yo.

— ¿Por qué crees que pasa algo? —no me atreví a mirarlo a los ojos y fingí una sonrisa.

— Basta de rodeos y dímelo ya.

— Itachi, ven aquí —lo llamó Fugaku.

Gracias al cielo...

Suspiré profundamente y sonreí aliviada.

— No creas que te librarás de esto... —dijo antes de ir con su papá—. Hablaremos más tarde.

Definitivamente no me libraría... Chasqué la lengua y me preparé mentalmente para hablar con él, definitivamente lloraría a mares y odiaba verme así de vulnerable.

Terminé de dar las trescientas vueltas y fui adónde Itachi y Fugaku.

— Creo que ya es hora de explicarles sobre el sharingan y el Mangekyo Sharingan —Itachi y yo nos miramos curiosos y asentimos.

— No les hablaré sobre el origen exacto, porque ni yo mismo lo conozco. Solo les hablaré un poco sobre su historia y cómo conseguirlo —volvimos a asentir y Fugaku prosiguió—. El Segundo Hokage lo describió como "el ojo que refleja el corazón". Lo describió de esta manera porque este dōjutsu no se obtiene en el momento del nacimiento; en vez de eso, se activa cuando un miembro del clan Uchiha sufre emociones intensas después de experimentar la pérdida de alguien a quien amaba o después de caer en desesperación, esto hace que un cierto chakra brote en el cerebro, lo que afecta el nervio óptico y provoca un cambio en los ojos. Después de la primera vez en que se usa, con cierta práctica, la persona puede usarlo cuando lo desee.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now