Capítulo XVIII pt.2

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Shisui sacó a Kakashi de la habitación del hospital, Itachi iba siguiéndolo por detrás, cuidando que no lo asesinara.

El azabache mayor empujó a Kakashi contra la pared y lo sujetó de la camisa, levantándolo.

— Eres un maldito —dijo y después lo golpeó en la cara, tumbándolo al suelo—. ¡Todo fue tu culpa!.

— Fue un accidente —Kakashi escupió un poco de sangre.

— ¡¿Crees que soy idiota?! —le gritó y lo pateó—. Conozco la herida que tiene en el pecho, fue el chidori. ¡Tú lo hiciste!.

— Escúchame, Shisui. Y-yo, yo no quería.

Shisui volvió a golpearlo hasta el cansancio.

— Escúchame bien, Kakashi —Shisui lo sujetó y lo miró a los ojos, tenía el mangekyo activado. El peliplata tenía tanto miedo que se paralizó—. Anaru no ha despertado en dos semanas, y te juro que si no lo hace, yo mismo me aseguraré de que nunca más vuelvas a ver la luz del Sol—Lo sujetó del cabello y estampó su cabeza contra la pared—. Lo juro.

Lo golpeó una, y otra y otra vez hasta que Itachi lo separó.

— Ya es suficiente, Shisui —Itachi se acercó y tomó su hombro, alejándolo.

— Este no es momento de ser un pacifista, Itachi —le dijo mientras se limpiaba el sudor.

— Es mi turno.

Itachi se levantó las mangas de su camisa, dejando ver unos fuertes brazos venosos y se ató el cabello en una cola de caballo alta, después comenzó a golpear a Kakashi hasta apaciguar toda su furia.

(...)

Izumi y Maki estaban junto a mí en la habitación del hospital, ambas tomaban mi mano y rezaban para que despertara del coma.

Todo estaba oscuro, solo escuché el sonido de gotas golpeando el agua, caminé tratando de encontrar una salida y me encontré con un puente sobre un lago, estaba iluminado por velas, me paré enfrente de él y comencé a caminar, miré a los lados, los recuerdos de mi infancia se reproducían a medida que avanzaba.

— ¡Anaru! —Maki gritó mientras lloraba.

— ¡Ve por el doctor ahora! —gritó Izumi, desesperada. Mi corazón había comenzado a fallar y mis latidos eran cada vez más débiles—. Anaru, por favor, por favor no te vayas.

(...)

Al final del puente vi una luz cegadora, todo mi cuerpo sintió un escalofrío y me detuve. Tenía miedo, sabía lo que significaba el cruzar por completo, pero en el fondo quería hacerlo, quería por fin descansar y dejar todo atrás, quería encontrarme con todos mis seres queridos que había perdido.

Cuando crucé visualice un jardín japonés tradicional, parecía que había acabado de llover, caminé recorriendo el lugar hasta que escuché a dos personas hablar, me di la vuelta y ahí estaban... Mis padres.

Comencé a llorar, dejando salir todo el dolor de mi corazón y corrí hacia ellos para abrazarlos, no quería soltarlos, aunque fuera un sueño, no quería despertar.

— Hija —ellos también estaban llorando a mares.

— Los extrañé tanto —me aferré con fuerza—. Fue un total infierno sin ustedes.

— Lo sé —dijo mi padre mientras me acariciaba suavemente el cabello—. Perdónanos por haberte dejado. De verdad, perdónanos.

— Mi niña —dijo mi madre separándose para observarme de pies a cabeza—. Ya eres toda una mujer, estamos tan orgullosos.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt