Capítulo XIX pt.4

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— Quiero despertar así el resto de mis días —Shisui me abrazaba por la cintura mientras juntaba más nuestros cuerpos desnudos.

— Yo también... —estaba triste, esa fue probablemente la última vez que despertaríamos juntos.

— ¿Estás bien? —me preguntó mientras se separaba y apoyaba su cabeza en la palma de su mano, para mirarme con una sincera preocupación.

No pude evitarlo y comencé a llorar, Shisui se quedó en shock unos segundos, no sabía lo que me ocurría, pero no dijo nada y sólo se limitó a abrazarme con fuerza.

— No quiero irme —dije después de un rato mientras intentaba en vano dejar de llorar—. No quiero dejarte, ni a ti, ni a Itachi, ni a nadie.

Lo apreté con fuerza, tanta que tal vez lo estaba lastimando, pero no dijo nada.

Shisui no lo entendía del todo, pero supuso que se trataba del golpe de estado y lo que pasaría después. El sentimiento de miedo e impotencia se hizo cada vez más fuerte que ya no aguantaba más estar con Shisui, el simple hecho de estar cerca de él me hacía sentir totalmente destrozada.

— Lo siento, debo irme —me levanté de la cama y me vestí enseguida, después salí de la habitación sin dejar que Shisui pudiera decir algo.

Mis pies me llevaron lejos de casa, estuve vagando un par de horas y al final llegué al cementerio.

Me senté frente a la lápida de Obito y derramé mi corazón frente a él, le conté absolutamente todo, cómo me sentía y lo que pensaba.

— No quiero morir —lo dije con una seguridad que jamás pensé tener, lo había dicho desde el fondo de mi corazón—. No quiero —comencé a llorar con desesperación—. ¿Por qué ahora?, ¿por qué no morí cuando quería hacerlo?, ¿por qué tengo que morir ahora que amo el hecho de vivir?. Obito, tú tampoco querías morir pero lo hiciste, tu alma no está con la de nuestros padres, ¿será que aún no has encontrado la paz?, ¿por eso no puedes descansar?. Antes creía que si moría descansaría en paz, ahora no estoy tan segura, si muero ¿qué pasará con los demás?, la pregunta no me dejaría irme en paz.

— Anaru-sama.

Me giré al escuchar mi nombre, Daiki apareció detrás de mí.

— ¿Qué pasa? —le pregunté mientras me limpiaba las lágrimas.

— Danzō ha citado a Shisui a ls afueras de la aldea, le ha pedido que vaya solo.

Un terrible presentimiento me invadió y me puse de pie de inmediato.

— Llévame allá.

Cuando estaba a punto de ir hacia donde estaba Shisui, tres miembros de Raíz aparecieron frente a mí y me obstruyeron el paso.

— Uchiha Anaru, debes venir con nosotros.

Mi mandíbula se tensó.

— ¿Para qué? —traté de no sonar ruda, pero mantuve mi tono de voz firme.

— No hagas preguntas y sólo síguenos.

Dudé unos segundos, no era sabio iniciar una pelea ahora, acabaría perdiendo más tiempo.

— Daiki, 527.

Ese código significaba que el plan se llevaría a cabo esta misma noche, Shisui usaría el Kotoamatsukami en el clan y detendría el golpe de estado. Pero también significaba que yo podría morir hoy, y en caso de que lo hiciera, Daiki se encargaría de desaparecer mi cuerpo para que nadie pudiera encontrarme.

Noté cómo el semblante del can se oscurecía.

— No te preocupes —le dediqué una sonrisa triste—. Todo estará bien, te llamaré más tarde.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora