Capítulo XV

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— ¿Quién eres?

— Eso no importa.

— ¿Qué haces aquí?

— Estoy buscando a un hombre.

— ¿Y qué te hace creer que está aquí? —el chico de cabello anaranjado me observaba con ojos profundos mientras apretaba detrás de él un kunai cubierto de veneno.

No apartamos nuestras miradas ni por un segundo. Ambos sabíamos que debíamos tener cuidado el uno con el otro.

— La última vez que lo vieron estaba en esta aldea.

— ¿Para qué quieres encontrar a ese hombre?.

— Para matarlo.

El chico de cabello alborotado frunció el ceño y arqueó las cejas, como muestra de su desaprobación y desagrado.

— Este es un lugar pacífico, así que no vengas a traernos guerra, shinobi de la Hoja —una mujer se acercó a nosotros, iba vestida igual que el chico con el que hablaba, tenía el cabello corto de un morado claro y detrás de él venía otro chico de cabello pelirrojo. Cuando lo tuve frente a mí me paralicé, sentí una corriente eléctrica que me recorría toda la espina dorsal y mi corazón quería escaparse de mi pecho, dentro de él existía una parte idéntica de mi chakra.

Sin pensarlo dos veces me abalance sobre él.

— ¡Nagato! —la voz de la mujer resonó en mi tímpano.

— ¡¿Quién eres?! —le grité al pelirrojo amenazándolo con un kunai en su cuello, no podía verle el rostro ya que estaba cubierto por su intenso cabello rojizo, el chico no se movió, en cambio yo estaba temblando, sentía algo extraño dentro de mí.

La chica que al parecer era su amiga me tomó de los hombros y me alejó del pelirrojo, después lo ayudó a ponerse de pie, dejando al descubierto los ojos del chico, unos ojos que me penetraron el alma, eran los míticos ojos de Saṃsāra, ojos que tenían un chakra casi exactamente al mío.

Sentí que la cabeza me ardía y que tarde o temprano me iba a explotar, la vista se me nubló y me toqué la cabeza con dolor mientras apretaba los ojos con fuerza, los oídos comenzaban a zumbarme, sentía el corazón vacío.

Levanté la mirada y abrí los ojos, el mangekyo se había activado.

— ¿Por qué...? —la voz se me entrecortó y comencé a llorar—. ¿Por qué tienes los ojos de papá?.

No tenía idea de lo que había dicho ni de lo que me ocurría.

¿Pero qué dices...? Esos no son los ojos de Masaki, esos ojos no son los de tu padre.

Me derrumbé al suelo y seguí llorando, el pelirrojo se acercó a mí pero sus amigos trataron de detenerlo.

— No te acerques, Nagato —lo detuvo el chico de cabellos naranjas, él parecía ser el líder —Es peligroso.

— Está bien, Yahiko.

Nagato se acercó a mí y se arrodilló para estar a mi altura.

— Yo desperté estos ojos cuando era niño —me extendió la mano y lo miré confundida—. Mi nombre es Uzumaki Nagato, ¿quién eres y quién es esa persona a la que estás buscando?.

Mis ojos se abrieron grandes al escuchar el apellido Uzumaki, este chico era pariente de Kushina y Naruto. Lo miré por unos segundos y después decidí responder.

— Soy Uchiha Anaru —extendí mi mano y tomé la suya, al hacerlo una visión se activó.

Lo que vi... No puedo si quiera contarlo, vi el futuro y el pasado de toda la historia shinobi, un hombre que parecía ser dios, y otro hombre que intentaba serlo. Muerte, guerra y destrucción, un golpe de estado, masacre, los cinco kages, varios kekkei genkai, un plan llamado Ojo de Luna, muertos regresados a la vida.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now