Capítulo XIX

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En la mañana Maki de despertó temprano y fue a vigilar el área, después de un rato nos reunimos con los demás equipos y dimos nuestro informe.

— Está al norte —informó Itachi—. Los cuervos lo vieron.

— De acuerdo, partiremos enseguida —Shisui habló.

— Shisui, deberías descansar —le dijo Kurenai—, no dormiste nada anoche.

— Anaru —Maki me miró—. Tú tampoco dormiste anoche.

Shisui me miró, ambos nos veíamos cansados.

— Nosotros podemos adelantarnos —dijo Asuma.

— Yo puedo quedarme con ustedes —dijo Guy—, vigilaré mientras duermen.

— De acuerdo —Shisui accedió y los chicos se fueron.

Dormimos un par de horas y después alcanzamos a los chicos, volvimos a formar los mismos equipos y recorrimos el perímetro.

— Anaru, ¿puedo hacerte una pregunta? —miré a Maki, quién se dedicaba a buscar alguna pista entre la maleza.

— Claro.

— ¿Por qué te convertiste en kunoichi?.

La miré por unos segundos, la verdad es que no sabía qué responder y en ese momento yo misma me planteé esa pregunta.

— No lo sé, creo... —pensé en Obito—, creo que por mi hermano.

La chica asintió sin preguntar nada más y siguió con lo que hacía.

— ¿Y tú? —le pregunté—. ¿Por qué te convertiste en kunoichi?.

Maki caminó lentamente hacia mí y después se sentó en un tronco que estaba cerca, me acerqué a ella para escucharla mejor.

— Cuando tenía siete años mi hermano mayor murió en el ataque del Kyūbi —su voz se escuchaba dolida—. Murió protegiéndonos a mamá y a mí. Antes de morir mi hermano me pidió que cuidara de mamá y creí que la única forma de hacerlo era volviéndome una kunoichi —sus ojos comenzaron a ponerse acuosos—. Mamá lo es todo para mí.

Sentí que el corazón se me apretaba.

— Muchas veces el amor hacia los demás es lo que nos hace que nos levantemos, aunque ya no tengamos fuerzas.

— Anaru —sujetó mi mano—. Tienes un gran corazón, te pusiste a servicio de la aldea para protegernos a todos, tus papás estarían orgullosos de ti por amar a la aldea como ellos lo hicieron.

— No —aparté mi mano.

— ¿Qué?.

Me levanté de su lado y la miré a los ojos —Maki, si fuera por mí dejaría que los adultos resolvieran sus problemas y murieran los que tuvieran que morir. Pero.. —apreté la mandíbula y mis puños—. Ustedes no tienen la culpa...

— Anaru —ella se levantó para decir algo, pero se escucharon varias ramas crujir cerca de nosotras.

Ambas nos pusimos en guardia de inmediato y él apareció.

Mi cuerpo sintió una corriente eléctrica y mi corazón latió como un caballo desbocado, sentí la sangre hervir.

— Maki, vete.

La chica estaba temblando detrás de mí, no se movía.

— ¡Maki!.

La chica reaccionó. Invoqué a Daiki y apareció como un imponente lobo adulto, al ver al enmascarado le mostró los dientes y estuvo a punto de atacarlo pero lo detuve.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now