Capitulo II pt.4

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Mientras caminábamos a casa a paso lento, Kakashi se mantuvo en silencio, no quitaba su mirada de enfrente y mantenía siempre su misma expresión indiferente; de vez en cuando solo volteaba a verme y se aseguraba de que estuviera detrás de él siguiéndolo.
Pasamos por una casa de té, y al oler el delicioso aroma de los dangos me detuve de inmediato, segundos después Kakashi se dió cuenta de que no lo seguía y también se detuvo.

— ¿Qué ocurre? —preguntó y yo señalé la casa de té con una sonrisa en mi rostro. Él levantó la mirada y vió adonde señalaba, después volvió a mirarme y negó con la cabeza—. No, debo llevarte directamente a tu casa.

— ¡Pero, Kakashi-kun! —le rogué haciendo pucheros—. ¡Por favor!.

Kakashi me ignoró y siguió caminando. Estuve a punto de seguirlo pero pude percibir el chakra de Itachi a lo lejos.

Gracias al cielo... Estar con Kakashi ya se había vuelto algo incómodo.

— ¡Ita-! —traté de llamarlo cuando estuvo más cerca pero Kakashi puso su mano en mi boca y me cargó sacándonos del camino y metiéndome a la casa de té.

— ¡¿Por qué hiciste eso?! —grité molesta quitando su mano de mi boca.

— Está bien, te compraré dangos —dijo para que me callara mientras observaba hacia la calle cauteloso, inmediatamente mi enojo disminuyó, sonreí al escuchar esa última palabra y no le reclamé nada.

Después de que llegaron los dangos comencé a comerlos uno por uno, mientras que Kakashi solo volteaba hacia la calle inspeccionando el perímetro.

— ¿Tú no quieres, Kakashi-kun? —pregunté con la boca llena de dangos.

— No me gustan las cosas dulces —respondió sin apartar su vista de la calle.

— Pues qué amargado —susurré—. A mí me encantan.

— Por eso tú y tu primo Itachi apestan a dangos, puedo percibirlos siempre, realmente están obsesionados con ellos.

— ¿Qué puedo decir? —alcé los hombros—. Itachi-kun y yo somos almas gemelas —Kakashi chasqueó la lengua y rodó los ojos.

Sonreí y seguí comiendo mis dangos hasta que de repente me entró una duda a la que no le había prestado atención hasta este momento.

— Kakashi-kun, ¿por qué no estás en la academia?, aún faltan varias horas para la salida.

— Los maestros me dejaron salir temprano, dómine los jutsus básicos a la primera, incluso los más avanzados.

— ¡Eres increíble! —lo alabé y él se limitó a levantar los hombros, indiferente.

¿Acaso lo mataría sonreír?. Aunque no pueda ver la mitad de su rostro al menos me daría cuenta en sus ojos de que se siente feliz, o que por lo menos siente algo...

De nuevo sentí un chakra familiar muy cerca de nosotros, si, era el de mi primo Itachi. Sonreí, definitivamente añoraba estar con él ahora. Después de terminar los dangos me levanté de la mesa, Kakashi de inmediato apartó su vista de la calle y al instante recibí toda su atención.

— Muchas gracias por los dangos, Kakashi-kun —hice una reverencia y le obsequié una sonrisa de agradecimiento—. Te agradezco que te ofrecieras a llevarme a casa, pero no me gustaría molestarte más ni quitarte más tu tiempo, estoy segura de que tienes cosas más importantes qué hacer. No te preocupes, mi primo Itachi está cerca, puedo regresar a casa con él.

Kakashi me miró por unos segundos, como si estuviera ideando un plan, después tomó mi mano y salimos de la casa de té — ¿En qué dirección está?—. Preguntó observando a ambos lados de la calle, señalé a la derecha y entonces Kakashi me llevó hacia la izquierda.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now