Capítulo XV pt.2

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— ¿A dónde me llevas? —reí mientras dejaba que Shisui me guiara. Tenía los ojos vendados, así que no sabía a dónde íbamos.

— Es una sorpresa.

Seguimos caminando, pero en una mala pisada mi pie resbaló, Shisui me sujetó fuertemente de la cintura y al instante mi piel se erizó, definitivamente ya no éramos los mismos niños inocentes de hace siete años, Shisui me estaba enseñando emociones que no conocía.

— Cuidado —con una mano me tomó de la cintura y me acercó a su cuerpo para evitar que volviera a tropezarme.

Mi cuerpo estaba temblando, me mataba tenerlo tan cerca.

— Llegamos —Shisui deshizo el agarre y desató la venda de mis ojos con cuidado.

Al abrir los ojos me encontré con una modesta fiesta, toda mi familia y mis amigos estaban presentes.

Me entraron unas tremendas ganas de llorar y corrí a abrazar a Mikoto e Itachi, a diferencia de mí, mamá rompió en llanto.

— Anaru, mi niña —se aferró a mí con fuerza, temiendo que volviera a apartarme de su lado—. Cuánto has crecido, hija.

— Mamá... —sentía un nudo en la garganta y las lágrimas comenzaron a salir.

Mikoto-san se hizo a un lado y permitió que Itachi se acercara a abrazarme.

—Hermanita... —dijo entre lágrimas—. Te extrañé tanto, no puedo creerlo aún, ha pasado tanto...

— Mírate —me separé de él y lo miré de arriba a abajo con una enorme sonrisa—. Ya eres todo un hombre, estás mucho más guapo —Itachi rió torpemente mientras se limpiaba las lágrimas—. Te extrañé mucho.

Fugaku se hizo paso entre la gente y se paró frente a nosotros, Itachi miró a su padre con un semblante serio y acto seguido se hizo a un lado, Fugaku caminó lentamente hacia mí y me abrazó con fuerza. Abrí los ojos sorprendida y tardé unos segundos en corresponder el abrazo.

— Nos hiciste tanta falta... —su voz se escuchaba tan pura que reflejaba a la perfección su sentir.

— Cariño, hay alguien que quiere conocerte —mamá se acercó a nosotros y Fugaku se separó de mí.

Limpié mis lágrimas y seguí a Mikoto, la gente que vino a darme la bienvenida se hizo a un lado y después de pasar entre ellos me congelé al ver a dos niños sosteniendo un letrero que decía "Bienvenida a casa, Anaru".

Mi corazón subía y bajaba con fuerza, sentía que se me iba a escapar, no podía creerlo. Cuando supe que lo que veía era real corrí a abrazar a ambos niños y lloré con fuerza, mis entrañas se habían conmovido, esos dos niños eran la esperanza para salvar al mundo, para salvarme a mí.

— ¡Ey, ¿qué haces?! —exclamó el rubio tratando de alejarse de mí—. Quítese, señora.

Me di un tic al escuchar la palabra "señora" y golpee al niño en la cabeza, justo como Kushina solía hacerlo con Obito.

— ¡No soy una señora!.

La gente que veía la escena comenzó a reír y de nuevo volví a abrazar a los niños, esta vez el rubio se dejó.

Me separé de ellos y vi al azabache, quién se había quedado expectante y en silencio.

— Sasuke —me acerqué a él con una sonrisa, sus emociones estaban hechas un lío al igual que sus pensamientos.

Antes de que pudiera dar otro paso el niño se aferró a mí con fuerza, mirando hacia abajo, tratando de que los demás no lo vieran llorar.

— ¿Tú... tú eres mi hermana? —el hecho de que pudiera saber cuáles eran sus sentimientos hacía la situación más conmovedora y nostálgica—. ¿Tú eres Anaru?, ¿eres la chica de la que mis padres y mi hermano me contaron?.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now