Capítulo IV pt.4

463 35 0
                                    

Caminé entre los cuerpos inertes que se encontraban tendidos en el suelo, un baño de sangre me empapó por completo. Alcé mi rostro al cielo y pequeñas gotas de agua comenzaron a caer sobre él.
Cerré los ojos y dejé que la lluvia me lavara la sangre.
Caminé de regreso hacia donde estaba Itachi después de comprobar que no se encontraban sobrevivientes, las bombas dejaron de escucharse, al parecer estábamos solos.
Mis piernas se doblaron y caí al suelo junto a Itachi, quién aún se encontraba inconsciente, puse su cabeza sobre mi regazo y comencé a acariciar su cabello.

Escuché una rama crujir y de inmediato mis sentidos se alertaron. Un ninja de Kirigakure apareció, traté de levantarme, pero mi cuerpo se negó a hacerlo, abracé con fuerza a Itachi con una mano, y con la otra sujeté mi kunai. De nuevo sentí que iba a morir.

Un destello pasó enfrente de mis ojos tan rápido como un rayo, después me desmayé.

🍥

Han pasado ya tres días.

Traté de abrir los ojos lentamente, al hacerlo vi a dos personas paradas frente a mi, no pude distinguirlas, mis ojos me pesaban.

¿Mamá...?, ¿Papá...?

Mis ojos se volvieron a cerrar por completo. Quedé inconsciente de nuevo.

🍥

Vagos recuerdos venían a mi mente y de vez en cuando abría un poco los ojos para enseguida cerrarlos de nuevo
Hasta que un día sentí que ya no me pesaban tanto los párpados.
Abrí los ojos lentamente, mi cabeza no paraba de dar vueltas. Extendí mis manos y sentí el suave tacto de unas frescas sábanas de seda. Miré al techo, estaba en una habitación blanca de hospital.

— Cariño, Anaru despertó —oí a alguien decir.

— ¿Mamá? —murmuré. La garganta la sentía muy seca.

— ¡Hija! —gritó otra voz entrando a la habitación.

— ¡Imoto! —chilló otra voz nuevamente.

Mi cerebro aún trataba de procesar todo, no distinguía ninguna de las voces.

— Aún está muy débil —giré la cabeza y vi entrar a un hombre vestido de blanco—. Por favor, déjenla descansar.

Giré mi cabeza nuevamente hacia las otras personas, aún no podía reconocer su rostro. El cansancio se apoderó de mí y volví a cerrar los ojos.

🍥

Ey, despierta —dijo una voz en mi subconsciente—. Es hora de ir a entrenar.

Ignoré aquella voz.

¡Ey, Anaru!.

Me desperté de golpe.

— ¡Itachi!.

El corazón me latió con fuerza. Itachi.
¿Itachi estaba bien?, ¿logré protegerlo?.

— ¡Hija! —mi madre corrió hacia mí y me abrazó con desesperación.


— ¿Mamá? —aún me encontraba algo desorbitada—. ¿Mamá, eres tú?.

— Si hija, soy mamá —me abrazó con fuerza y comenzó a llorar.

— Mamá —imité su acción—. Estás viva.

— Si, corazón —continuó abrazándome como si no nos hubiéramos visto en años—. Estoy aquí.

— ¿Qué pasa, cariño? —papá entró a la habitación mientras sostenía dos vasos que parecían ser de café.

Cuando me vió despierta se quedó paralizado, pero segundos después dejó caer los vasos y corrió hacia mí —¡Hija!.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now