Capítulo VI

436 39 2
                                    

Sabes... Siempre quise tener una hermanita pequeña.

— ¿Por qué?.

— Siempre quise tener a alguien a quién proteger y que ese alguien se sintiera seguro conmigo.

— Yo me siento segura contigo, onii-san.

Me alegra mucho oír eso. Creo que he estado haciendo bien mi trabajo.

— Yo también quiero protegerte, hermano.

— Si, estoy seguro de que lo harás.

— Quiero protegerte para que siempre estés a mi lado.

— Yo también.

— Entonces te prometo que siempre te protegeré. A cambio tú promete que siempre estarás a mi lado.

— Te lo prometo, hermanita.

🍥

Mi mente se desconectó por un par de horas, al parecer me desmayé en medio del bosque, estaba completamente sóla, hasta que alguien me encontró.

— Al parecer no pudiste resistir tanto poder, el choque emocional fue tan fuerte que provocó que te desmayaras.

Mi cuerpo estaba helado, se sentía tan ligero, como si fuera un cadáver. Ya no sentía la lluvia que estaba cayendo sobre mi rostro, de hecho, ya no sentía nada, lo único que quería en ese momento era morirme.

Abrí los ojos poco a poco y vi el rostro del hombre que me llevaba en brazos. Su tez era muy blanca y su cabello era largo de un color negro, además, tenía dos marcas peculiares color morado debajo de sus ojos.

El Sharingan se había desactivado.

Volví a cerrar los ojos y esperé a que el hombre me bajara para poder huir y terminar con el dolor que me quemaba por dentro. Ya no tenía fuerzas para seguir viviendo, mi hermano, mi hermano ya no estaba.

Espérame, Obito, nos veremos pronto.

🍥

Cerré los ojos. Mi conciencia despertó en un lugar desconocido, era un paisaje infinito con un cielo infinito que se reflejaba en el suelo. Todo estaba tan tranquilo, se escuchaban pequeñas gotas de agua golpetear la ligera capa de agua que se encontraba bajo mis pies. La brisa fresca silvaba mientras las nubes se movían lentamente.

Escuché pasos acercarse y me dí la vuelta.

Obito... —el corazón me latió como loco y sentí que la garganta me quemaba.

Anaru, ¿qué haces aquí? —se acercó hasta poder acariciar mi cabeza.

Quiero irme contigo, hermano.

— No puedes hacer eso, mi niña —sonrió como siempre lo hacía.

¿Por qué no? —comencé a sentir los ojos acuosos.

Porque aún no es tu tiempo.

— Tampoco era el tuyo —me aparté de él con brusquedad.

Bueno... tal vez. Pero ya no hay nada que se pueda hacer —no respondí y él aprovechó para seguir hablando—. ¿Puedo pedirte una última cosa? —de nuevo no respondí—. Prométeme que te esforzarás.

Obito yo... Yo ya no puedo —dejé salir las lágrimas y sentí cómo si mi corazón fuera a explotar. Todo mi cuerpo estaba temblando—. ¡No puedo hacerlo sin ti!.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now