Capítulo XII

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Se escuchaban las cigarras chirriar, el calor del verano se me antojaba insoportable.

Estaba entrenando bajo el intenso Sol mientras mi rostro sudaba y sentía las piernas temblar, pero aún no era suficiente, debía completar el circuito. Fugaku tenía razón, mi taijutsu y capacidad física eran sumamente mediocres. Consideré pedirle a Guy que me entrenara pero enseguida esa idea se fue, el chico estaba demente, si entrenaba junto a él seguramente terminaría en el hospital.

Ese día al igual que los anteriores estuve entrenando sola. Itachi y Shisui se encontraban haciendo misiones fuera de la aldea, Fugaku estaba ocupado en su oficina y Orochimaru había sido desterrado de la aldea y tachado como un ninja criminal y renegado clase S. Era de esperarse eso último, el hombre tenía una severa obsesión con alcanzar la inmortalidad y sus experimentos fueron demasiado lejos, incluso me di cuenta de que nos quería a Itachi, a Shisui y a mí para quitarnos partes de la piel para hacer una especie de betas combinados con células de otros clanes y así poder vivir más.

Me tumbé en el pasto y cerré los ojos.

Estas últimas semanas habían sido difíciles, extrañaba mucho a Shisui.
Toqué el diamante que colgaba sobre mi pecho, habían pasado casi tres años desde que Shisui me lo dió.

En un mes sería su cumpleaños, cumpliría diecinueve años. Me sorprendí de lo rápido que pasaba el tiempo, nos habíamos conocido hace casi ocho años y compartíamos cada cumpleaños juntos, es por eso que no sabía que obsequiarle. Todos los regalos que Shisui me había dado en mi cumpleaños eran sumamente especiales y muy hermosos, los que yo le daba a él creía que no eran tan buenos, por eso ésta vez quería darle algo mejor pero no sabía qué. Estuve pensando y pensando pero no tenía ni idea, Itachi me aconsejó que le regalara una nueva katana, pero quería que fuera algo más especial.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando alguien llegó y de repente me tapó los rayos del intenso Sol de medio día.

— ¡Hola!.

Abrí los ojos y vi una cabellera larga y plateada junto con una gran sonrisa.

Le sonreí de vuelta.

— Hola, Maki.

— ¿Qué haces? —se sentó a mi lado.

— Pensando.

— Déjame adivinar... —se tocó la barbilla y miró al cielo, después me miró a mí—. ¿Pensabas en cierto caballero azabache de un metro ochenta con cabello revuelto, piel pálida y una sonrisa perfecta?.

Sonreí con sorna.

— No, no estaba pensando en Itachi.

Maki rio y golpeó mi hombro con suavidad.

— Sabes de quién hablo.

Me reí.

— Si, tienes razón, estaba pensando en Shisui.

— ¿Qué es lo que te aflige tanto? —preguntó—. Sabes que prácticamente es el Jounin más fuerte de toda la aldea de la Hoja, no le pasará nada, tranquila.

— Si, lo sé, y no es eso lo que me preocupaba —me senté y quité un par de ramas y hojas de mi cabello—. Es sólo que no sé qué regalarle para su cumpleaños, no quiero que sea algo simple, quiero que tenga un significado más profundo, como los regalos que él me da.

— Bueno... —Maki se veía algo pensativa—. Eres buena haciendo manualidades, puedes regalarle una cajita musical con su canción favorita, me dijiste que a tu chico le gusta mucho la música, además puedes agregarle una foto de ustedes dos, sería algo muy especial.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now