Capítulo XIII pt.4

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Rebusqué por todas las pertenencias de mis padres, quería dejarles algo especial en su sepulcro antes de irme.

Me arrodillé frente al montón de cajas apiladas y busqué cuidadosamente en cada una, mientras más buscaba, el nudo en mi garganta se hacía más grande, ver todas esas fotos, su ropa... me rompía el corazón.

Cuando busqué en la última caja, ésta estaba llena de cartas, leí el remitente de cada una de ellas, no conocí la mayoría de los nombres, algunas cartas estaban cerradas y otras no, tenía curiosidad, pero ya no había tiempo para detenerme a leerlas todas, las guardaría para después. Tomé la caja y me estiré para subirla al estante, pero justo cuando lo hice un pequeño sobre cayó. Dejé la caja y me agaché para tomar el sobre, le di la vuelta y me sorprendí al ver la letra, era la de papá, miré el destinatario, el nombre de Fugaku-san estaba escrito en él.

Tal vez papá nunca pudo entregársela.

Guardé la carta en mi bolsillo para después entregársela a mi tío, terminé de recoger todo y me preparé para salir, pero antes de hacerlo un profundo sentimiento de curiosidad me invadió. Saqué el sobre y lo observé detenidamente. Papá y mi tío no se llevaban bien, ¿tal vez esa era una carta de disculpas?.

Sabía que era algo personal y que no me incumbía, pero el tener la carta en mis manos hacía que las yemas de mis dedos quemaran por abrirla. Al final la curiosidad me ganó y terminé abriéndola.

Desenvolví con cuidado el papel y al ver la letra de mi padre tan clara y muy bien escrita hizo que mi corazón se comprimiera.

Querido hermano.

Te escribo esta carta porque no tengo el valor de decirte lo que siento a la cara, así como siempre has dicho, soy un cobarde.

Los recuerdos de todo lo que vivimos juntos los llevo siempre muy presentes en mi corazón. Fugaku, nunca te lo había dicho, pero quiero agradecerte por ser mi hermano mayor, por no haberme abandonado después de lo que pasó ese día. No tienes idea de todas las noches que sufrí por lo que pasó, por lo que yo hice... Incluso intenté quitarme la vida, ya no podía más, no podía perdonarme por haberle quitado la vida a Toji.

Éstos ojos... El maldito Mangekyo me recuerda cada día la escoria que soy. Quise morir ese día pero no lo merecía, no aún, aún debía vivir y sufrir día con día el haberlo asesinado, el haber asesinado a nuestro hermano...

Abrí los ojos de par en par.

La carta se me resbaló de las manos que habían comenzado a temblar.

Los latidos de mi corazón incrementaron a tal punto de que pude escucharlos en mis oídos.

Mi respiración subía y bajaba con dificultad, sentía cómo el sudor seco se me acumulaba en la frente.

Papá... ¿papá había asesinado a su hermano?.

Sentí unas nauseas terribles y sentía que mi cabeza iba a explotar, no podía procesar lo que estaba escrito ahí, no podía creerlo, no quería creerlo, era imposible.

Me armé de valor y seguí leyendo con la esperanza de que al final papá aclarara de que todo se trataba de un malentendido, algún accidente, algo... Alguna explicación.

... No intento hacer que me perdones por lo que hice, yo mismo sé que no merezco perdón, pero quiero que sepas que siempre viviré con esta carga y tú no necesitas llevarla conmigo, no fue tu culpa lo que pasó, fue la mía, pude haber buscado otra solución, otra salida, incluso pude haberme puesto de su lado, pero no lo hice, y no tienes idea de lo arrepentido que me siento por eso, moriré con esta carga y este profundo dolor en mi corazón.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now