Capítulo XVI

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La reunión terminó, ahora entendía perfectamente a Itachi, ya comprendía por qué su corazón se sentía dividido. Los Uchiha lo único que querían era proteger a su clan, a su familia, tal vez sus acciones no eran del todo correctas y no compartían nuestros mismos ideales, pero al final seguían siendo personas, personas que tenían miedo de perder a los que aman.

Ahora que ya había escuchado el punto de vista de mi clan, tocaba escuchar el punto de vista del Hokage.

— Anaru —me giré para ver quién me llamaba. Era Fugaku—. Tú, Itachi y Shisui quédense.

Obedecimos y esperamos a que el templo quedara vacío.

El azabache me miró atentamente y cruzó los brazos —¿Encontraste a quien buscabas?.

— No.

— ¿Al menos averiguaste de quién se trata?.

Recordé la visión, en ella se me rebelaron muchas cosas, pero quedaron también muchas lagunas, y una de ellas era la identidad del asesino de mis padres, pero mientras recorría el continente averigüé varias cosas sobre él.

— Es la misma persona que invocó al Kyūbi dentro de la aldea hace siete años —los tres hombres me escucharon atentos—. Y es un Uchiha, eso es seguro —Itachi y Shisui abrieron los ojos grandemente mientras que Fugaku trataba de mantenerse en calma, pero sabía que estaba alterado y totalmente sorprendido como los otros dos—. Los altos mandos tienen razón en eso, alguien de nuestro clan fue el causante de la destrucción de la aldea.

— ¿Estás totalmente segura? —preguntó Fugaku, no podía creerlo, o más bien, no quería hacerlo.

— Si, estoy segura. Estuve investigando mucho, aparece de vez en cuando en aldeas remotas poco habitadas y después desaparece sin dejar rastro.

— ¿Tienes idea de quién podría ser? —preguntó Shisui—. ¿Alguna vez has sentido su chakra dentro de los miembros del clan?.

— Cuando recién lo vi su chakra se me hizo muy familiar, lo reconocí al instante, pero por una extraña razón no puedo recordarlo, sólo sé que se trataba de alguien que era cercano.

— ¿Era? —preguntó Itachi.

— Dejé de sentir su chakra después de que mis padres murieron, al parecer huyó y no ha regresado, o eso creo.

— Solo pocas personas eran cercanas a ti —dijo Itachi—. Y todas ellas...

Leí su mente y sentí un nudo en la garganta.

— Están muertas, sí, lo sé.

— Como sea —Fugaku bufó—. Investiga de quién se trata, esa es la persona culpable de que ahora nos encontremos en una situación tan delicada, pero quiero que sepan algo —nos miró a los tres—. Prepárense, si las cosas no mejoran, lanzaremos un golpe de estado.

Y ahí está... Las palabras que los tres temíamos habían sido pronunciadas por el líder del clan.

— No será necesario —pronunció Shisui con voz gruesa y segura—. Haremos todo lo posible para no llegar a eso, detendremos a Danzō y convenceremos al Hokage.

— Ustedes tres son los únicos Uchiha en los que la aldea confía, no quiero dejar este peso sobre sus jóvenes hombros, pero no hay opción. Lamento que las cosas hayan salido así, lamento mucho que tengan que involucrarse en cosas de adultos.

— Está bien, papá —dijo Itachi—. Nosotros no pudimos tener una infancia normal y tranquila, pero haremos todo lo posible para que las próximas generaciones la tengan.

— Cuento con ustedes.

Los tres hicimos una reverencia al mismo tiempo y nos dimos la vuelta para retirarnos, pero cuando iba a dar un paso Fugaku me detuvo.

Nuestra promesa «Shisui Uchiha»   [EDITANDO]Where stories live. Discover now