Mamá y papá salieron muy temprano de casa ya que el Hokage los había citado en su oficina.
— Masaki-san, Meiko-san —los saludó el Hokage.
— ¿En qué podemos servirle, Tercero-sama? —ambos se mantenían hincados en el suelo con la cabeza agachada.
— Ha habido rumores de que las cuatro grandes naciones han entrado en un gran conflicto, hay riñas entre ellos y se acercan lentamente a la frontera del país del fuego —al escuchar eso, mis padres abrieron los ojos con sorpresa, estaban muy preocupados.
— ¿Eso quiere decir que...? —intuyó papá, levantando la mirada junto con mamá para ver al Hokage a los ojos.
— Si, es probable que muy pronto entremos en guerra todas las cinco grandes naciones —Papá chasqueó la lengua, irritado—. Los llamé porque quiero enviarlos a una misión.
— Estamos a sus órdenes, Hokage-sama.
— El señor Feudal le ha pedido a la aldea de la Hoja enviar a un grupo de shinobis para vigilar la frontera con las otras naciones —explicó—. Quiero que ustedes vayan a la frontera norte y vigilen.
Mamá se mordió el labio inferior, sabía que sería una misión larga que llevaría varios meses, no quería dejarnos solos en casa.
— Sé lo que estás pensando Meiko-san, yo tampoco quiero que dejen solos a sus hijos, y no puedo asegurarles que esta misión no tardará mucho, porque si las cosas empeoran y se lleva a cabo la tercera gran guerra, ustedes tendrán que pelear en el frente para retenerlos.
— Lo entendemos muy bien, Hokage-sama —dijo mi padre—. Es nuestro deber como shinobis proteger a la aldea. Cumpliremos con ello.
El Hokage asintió con usa sonrisa —Bueno, entonces saldrán mañana mismo al amanecer.
— ¡Hai!.
— Y no se preocupen por sus hijos, yo personalmente me haré cargo de ellos hasta que vuelvan.
— Arigato, Hokage-sama —dijo mi madre—. Pero creo que será mejor que nuestros hijos se queden con sus tíos Fugaku y Mikoto.
— Bueno, como ustedes deseen.
Mamá y papá llegaron a casa y nos dieron la noticia de que debían irse a una misión, no nos dieron los detalles exactos, no querían que nos preocupáramos por la guerra que se avecinaba.
— ¡Por favor, no nos dejen! —chillé, aún no comprendía el sentido del deber y la obligación que tenían los shinobis.
— Lo siento, pequeña —dijo papá, acariciando mi cabeza —. Te prometo que trataremos de regresar lo más pronto posible.
— Ya basta, Anaru —dijo Obito con molestia y de inmediato lo miré sorprendida—. Es su deber como shinobis, ya deja de llorar.
— O-Obito... —mi voz se entrecortó y mamá se acercó para limpiar mis lágrimas.
— Ya no llores, amor —trató de consolarme—. Solo nos iremos por un tiempo, pero regresaremos y volveremos a estar los cuatro juntos. Lo prometo.
🍥
A la mañana siguiente justo al amanecer, Obito y yo fuimos a la gran puerta de la entrada para despedir a mis padres.
Obito, que desde ayer se había comportado muy extraño, no dijo ni una sola palabra. Mamá y papá se observaron mutuamente, preocupados por la actitud de su hijo mayor y se acercaron a él para hablar.— Hijo, ¿todo está bien? —le preguntó papá.
— Quiero presentar el examen de ascenso a gening dentro de tres meses.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra promesa «Shisui Uchiha» [EDITANDO]
FanfictionEso es lo que los Uchihas nos han enseñado, nos han enseñado a temerle al amor, a creer que del amor nace el odio, pero no es así -levantó la vista y miró al cielo-. Yo no creo eso. ¿Entonces en qué crees? -sus palabras hicieron crecer dentro de mi...