Nuestra promesa «Shisui Uchiha» [EDITANDO]

Capítulo VI pt.2

Kakashi estaba parado frente a mí y no pude dejar de pensar ni un segundo que él es el que debería de estar enterrado bajo tierra justo ahora.
Quería venganza, quería que Kakashi sufriera.

— Anaru...

Podía saber lo que el peliplata pensaba, cada cosa que pasaba por su mente también pasaba por la mía. Se sentía extremadamente culpable por lo que pasó, y pensaba cada segundo cómo mi hermano lo lanzó a un lado para que la roca no lo aplastara, él también sabía que era él quien debía morir.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas al ver su ojo vendado, él no era digno de llevar una parte de mi hermano ni de poseer parte del poder de los Uchiha. Quería arrancarle ese ojo con mis propias manos.

El odio me nubló la mente y no me di cuenta de que intenté tocar el rostro del peliplata hasta que una mano detuvo la mía. Lo miré, era el hombre que me había traído a casa, Orochimaru, el legendario sannin. Lo miré a los ojos unos segundos, me molestaba su presencia.

— Querida Anaru-kun, tu padre y tu tío te buscan —me solté bruscamente de su agarre y lo observé con una mirada asesina—. Anda, vamos —puso su mano sobre mi cabeza.

Sentí un tremendo escalofrío por todo el cuerpo cuando me tocó y me invadió un profundo miedo. Sabía que no podía ganarle, así que cedí y lo seguí mientras comenzaba a caminar.
Kakashi se quedó mirándonos, de verdad tenía muchas ganas de hablar conmigo pero yo no podía siquiera mirarlo a la cara, aún a la distancia a la que me encontraba, él seguía apestando a la escoria que era.

— ¿Qué hace? —le pregunté, queriendo obtener una respuesta de por qué tenía tanto interés en mí.

— Oh, lo siento —se detuvo y se arrodilló para quedar a mi altura—. Mis disculpas por no haberme presentado antes, mi nombre es Orochimaru, soy uno de los Legendarios Sannin.

— Lo sé, y no me interesa —dije cortante—. Lo escuché de mi tío, a lo que me refiero es, ¿qué es lo que quieres?.

— Tarde o temprano lo averiguarás.

— Bueno —dije indiferente—. Solo quiero que sepas que no estoy agradecida por haberme traído de vuelta —el hombre estaba curioso y sonrió maliciosamente —Hubiera sido mejor que me dejaras sola en el bosque para que alguien llegara a matarme.

— Hubiera sido un desperdicio.

— ¿Qué?

— Tal vez no lo veas aún, pero tienes un talento natural inigualable —pasó sus dedos delicadamente por mi cabello—. De hecho, tú me recuerdas a las historias que hablan de un hombre muy impresionante.

— ¿De quién?.

Rió delicadamente y se puso de pie —No es necesario que lo sepas ahora. Pero la verdad siento un interés muy especial en tu primo y en ti, ambos me intrigan demasiado.

Orochimaru siguió caminando evitando que pudiera preguntar algo.

— ¿A dónde vamos?.

— Ya te lo dije, a tu casa. Tu familia te espera.

Bufé y tallé mis ojos, aún quedaban algunas lágrimas en mis pestañas.

— Te ves horrible —me miró de reojo y yo fruncí el ceño—. Pareces un cadáver, además, tus ojos están tan rojos e hinchados que parece que van a explotar.

No dije nada y agaché la cabeza.
Caminamos en silencio de nuevo hasta que Orochimaru volvió a hablar.

— ¿Podrías decirme cómo despertaste el Sharingan? —apreté las manos en puños al recordar el por qué y seguí caminando en silencio—. Vamos, dímelo —sonrió mirando al frente—. Yo puedo ayudarte. ¿Por qué no lo activas de nuevo?.