VII. Mi hermano Marcelo.

2.3K 261 8
                                    


Recordaba a mi hermano Marcelo, crecimos juntos, él era 5 años mayor que yo, cabello castaño y ojos avellanas, la mezcla perfecta de mis padres, sin embargo él siempre fue contra todo lo que mis padres querían, pero no directamente, él actuaba silenciosamente, como si fuera dos personas; una doble vida, había un Marcelo devoto al templo sagrado, religioso, ejemplar, y estaba el otro Marcelo, ese lado oscuro que nuestra familia no conocía, el que se escapaba en la noche a fiestas, el que fumaba, bebía, apostaba y hacía lo que le venía en gana.

Nosotros nunca conocimos ese lado oscuro de él hasta su muerte, apenas conocíamos una parte de su rebeldía.

Marcelo estaba comprometido con Megan, un buena chica del templo sagrado, ella nunca supo quién era realmente Marcelo, hasta que él cumplió los diecisiete -siempre estuvo adelantado en la escuela porque era muy inteligente- y le permitieron ir a la universidad, pero nadie sabía que en realidad él no iba a la universidad, sino que se mudó solo para estar con alguien que conoció por internet, fue en ese momento en el que reveló algo que al templo sagrado le parecería infame, Marcelo tenía otro novio, el solo hecho de que tuviera a otra pareja era malo para la religión, pero que su pareja fuera de su mismo sexo era algo inadmisible para los ancianos, muchos más para nuestros padres.

Mis padres dejaron de pagarle la universidad y de pasarle dinero, el novio de Marcelo era estudiante y no podía mantenerlos a ambos, y a Marcelo no le daban trabajo por ser menor de edad, eso le trajo muchos problemas a su relación y por lo que supe terminaron, así que Marcelo volvió con actitud arrepentida a la casa de nuestros padres y aceptó casarse con su prometida.

Fue exactamente hacía tres años atrás, Marcelo y su esposa dormían en su apartamento cómodamente, era de noche, cuando un escape de gas hizo que todo explotara y él murió casi de inmediato, sin embargo, su esposa todavía tenía signos vitales, logró sobrevivir, pero quedó con graves y feas quemaduras envolviendo su cuerpo.

Era el peor momento de mi familia, porque yo sabía que Marcelo nunca fue feliz y aunque en aquel momento estaba de parte de mis padres en controlarlo para que siguiera la religión, ahora me daba cuenta de que eso no fue lo correcto.

Pero ahora no podíamos cambiar el pasado.

-Monja, ¿estás bien?

La voz de Rogan me hizo sobresaltarme y salí de mi transé volteando hacia él pestañeando un par de veces, una lagrima salió de mi ojo y lo disimulé restregando mis ojos con mis manos.

-Sí, yo... -murmuré- es que no sabía dónde estaba el baño.

Me atreví a mirarlo, Rogan parecía dudoso.

-Está del otro lado -frunció el ceño-. ¿De verdad te sientes bien?

-Sí, es que... -acabo de ver a mi hermano muerto- quiero ir a la atracciones mecánica.

Comencé a caminar de regreso, pero me detuve cuando Rogan no se apartó de mi camino, solo se quedó ahí frente a mí muy quieto, sus ojos entrecerrados analizando mi expresión.

-No te creo nada -dijo Rogan-, ¿qué estabas buscando?

Fruncí el ceño, sintiéndome de repente a la defensiva de que decubriera lo que pensaba, y dije:

-No te importa.

Evité su mirada rodeándolo para irme, pero él me tomó del brazo deteniéndome y su otra mano fue a mi cintura acercándome contra su pecho, me quedé sin aliento cuando su rostro quedó frente al mío, parecía determinado y algo hastiado de mi actitud.

-Monja -dijo-, no voy a suplicarte.

Permanecí con mi ceño fruncido, él creía que yo actuaba así porque seguía molesta con él, en parte era cierto, pero por otra parte era porque me sentía que podía pensar que estaba loca si descubría lo que realmente había acabado de pasarme, así que dije:

BROKEN (Libro 1 y 2)[Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora