BROKEN (Libro 1 y 2)[Completo]

XXVIII. El ultimo adios

Capítulo 27

 
MOE BEKER
 

Comencé a hablar, ni siquiera me senté, lo dije todo, desde el punto en que el contrato no tenia validez hasta que no iba a casarme porque ellos quisieran, que si querían darme la espalda lo entendería pero que lo superaría.

Todos quedaron en silencio, mi madre fue la primera en levantarse negando con la cabeza mientras decía:

—No puedes dejarnos en bancarrota.

Claro, sabia que sus acuerdos incluían principalmente el dinero y que al romper el compromiso, también se rompía nuestra economía, pero no iba a dejarme manipular de esa forma.

—Trabajen otra cosa —me limité a decir.

Mi padre pareció ofendido, Brian únicamente se mantenía sentado, su mirada fija en mí.

—Olvídate de que tienes padres —dijo mi padre, su rostro volviéndose rojo porque ya estaba revelándome y no me tenían bajo su dominio, pero eso fue lo que hicieron con mi hermano; manipularon su vida y no iba a permitirlo.

—Creo que hace mucho tiempo soy huérfana —lo enfrenté alzando la barbilla, mi padre reaccionó dándome una sonora bofetada que me dejó por un momento mareada y mi piel picosa.

Aquí veía que mi padre tenia problemas, cuando alguien le llevaba la contraria únicamente sabia reaccionar con golpes.

—Megan mató a Marcelo —solté ahora enfadada a mi padre—, por tu culpa, por presionarlo, por evitar que fuera feliz, no voy a seguir su religión de mentiras.

Él pareció impactado.

—¿Cómo sabes? —dijo mi madre acercándose, ambos no parecían saber de dónde había sacado esa información, pero eso solo me confirmaba algo importante…

Ellos también sabían la verdad de Megan y Marcelo.

—¿Lo sabían? —dije incrédula.

Ambos guardaron silencio y eso definitivamente fue lo que me confirmó que sabían lo que había pasado, solo que nunca dijeron nada.

—Megan nos lo dijo —dijo mi madre finalmente.

Y no hicieron nada.

Lo peor era, que no habían pruebas.

Ellos siempre lo supieron, sabían que había sido premeditado.

—¿Y por qué no dijeron nada? —refuté— ¿Por qué ocultaron todo?

—No podíamos dejar que todos supieran en lo que se había convertido Marcelo, es una vergüenza —dijo mi padre.

Di un paso atrás como si me hubieran dado una bofetada, mis ojos sin parar de botar lágrimas, ellos no iban a cambiar y yo nunca iba a ser como ellos.

Preferían que su hijo estuviera muerto antes de aceptar sus preferencias sexuales.

—Tienen problemas si creen que una religión supera el amor y su familia —susurré en un hilo de voz dirigiéndome a la puerta, mi padre no pareció arrepentido cuando dijo: