Capítulo 3: Clases De Boxeo.

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La casa quedaba a las afuera de la universidad a una cuadra de distancia, era de dos pisos, bastante grande, las paredes perfectamente pintadas de azul, el jardín estaba bien cuidado al igual que los alrededores, todo parecía muy limpio, afuera tenía el símbolo de Beta, delta y sigma (ϐΔσ), creí que eso nombres raros de fraternidades solo estaban en la televisión, pero al parecer eran reales.

Pasé a la casa detrás de Ariana, antes habíamos pasado por una tienda a comprar varios sobres de jugo artificial, Ariana me dijo que lo usarían para la fiesta de esa noche, no entendían como es que podían tener una fiesta que duraría hasta la madrugada y luego ir a clases el otro día, pero igual no me interesaba, después de todo, yo no iba a quedarme.

La casa era bastante simple, unos muebles en una esquina, sin cuadros, solo unas cortinas negras cubriendo las ventanas, parecía un poco vacía.

-Puedes sentarte, voy a llevar esto para hacer la bebida en la cocina -dijo Ariana antes de adentrarse por el pasillo.

Miré por un momento alrededor y me dirigí al mueble, pero dudé en sentarme porque parecía manchado de amarillo y me dio la impresión de estar bastante sucio, así que solo me quedé de pie y caminé hacia lo que parecía ser otra sala. Habían otros muebles y una televisión grande instalada en la pared, vi varias decoraciones de cristales, tomé uno con curiosidad, parecía ser un gato de la suerte, de repente el sonido de un golpe me distrajo, y el gato de la suerte resbaló de mis manos estrellándose contra el suelo, ahogué una exclamación y lo volví a colocar en su lugar rápidamente como si así pudiera repararlo, pero le había quitado la cabeza, lo dejé medio puesto en su lugar otra vez.

Nadie me había visto, no había pruebas de que yo lo rompí.

Nuevamente escuché ese raro sonido de golpes, sonaba muy constante como si sacudieran un cojín, así que seguí el sonido con curiosidad cruzando unos de los pasillos.

Vi un salón pequeño con la puerta entreabierta y me asomé, la luz era opaca y olía a sudor, reconocí a Rogan, él tenía unas vendas envolviendo sus manos y golpeaba con desenfreno una bolsa de boxeo, vestía solo unos cortos pantalones blancos, su cuerpo empapado de sudor hacía que su cabello se pegara a su rostro, él estaba de espaldas a mí y podía notar como los músculos de su espalda se flexionaban en cada acción que hacía, lo admitía, me quedé por un momento impresionada, pero era bastante hipnótico verlo.

De repente se detuvo y sostuvo la bolsa de boxeo para que no se balanceara, su respiración estaba acelerada, sabía que debía irme, no era bueno que invadiera su espacio personal donde entrenaba, pero mis pies parecían paralizados.

De súbito se volteó enfocando sus ojos azules en mí, parecían resaltar en toda la luz tenue como reflectores, pude ver como sus labios se estiraron en una leve sonrisa, extrañamente ese gesto ocasionó que mis mejillas cosquillearan un poco, siempre me sucedía cuando comenzaba a sonrojarme.

-Hey, Monja -dijo recuperando el aliento-, ¿estabas espiándome?

Fruncí débilmente el ceño, al parecer ahora era costumbre en él llamarme monja, pero prefería que me llamara así antes que "princesa", como mi prometido.

-No, de hecho solo estaba observándote. -respondí sin pensar y me di cuenta que tal vez no debí decir eso, sonaba como una acosadora, así que agregué: -Es decir, estaba caminando y paré aquí... uh, eres bueno boxeando.

Su sonrisa se ensanchó de modo que sus hoyuelos se marcaron, tenía una sonrisa muy bonita parecía traviesa y a la vez confortante, él me hizo un gesto con la cabeza incitándome a acercarme, pero no me pareció buena idea, apenas podía enfocar mi atención en otra cosa que no fueran los músculos de su cuerpo semidesnudo.

BROKEN (Libro 1 y 2)[Completo]Where stories live. Discover now