XIV.El proyecto del cochinito Pink.

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MOE BEKER

Alexander se quedó completamente confuso ante mi petición es decir, yo no me veía como esa clase de chica ruda que practicara boxeo; pero ahí estaba el dilema, no quería verme como una chica ruda y fuerte; quería ser esa chica ruda y fuerte. Él no me refutó nada parecía cansado y puede que estuviera ocupado; él estaba en los últimos semestres a punto de graduarse y tiempo me imaginaba era lo que no le sobraba, pero me dijo que no tenía problemas en enseñarme, después de todo él era entrenador, después nos pondríamos de acuerdo con la inscripción y la cuota; eso era todo lo que quería escuchar, necesitaba dejar de sentirme debilucha, sentía que estaba empoderándome y podía lograr todo lo que me estaba proponiéndome.

Tenía un fuerte impulso de devorar el mundo e independizarme, nada me iba a detener.

Al llegar a mi residencia comencé a hacer más pedidos, estaba agotada, podía sentir mis hombros arder del dolor y un fuerte nudo alrededor de mi cuello que se tensaba en cada movimiento que hacía, había comprado unas pastillas que eran un relajante muscular, de ese modo el dolor se hacía más llevadero, pero de igual forma, la mezcla del café; no dormir y pastillas sabía que solo me estaba matando lentamente.

Escuché la puerta abrirse y Ariana entró, ella había estado en el hospital cumpliendo sus rotaciones como enfermera y eran casi las 4 de la mañana, sus ojos se pasearon por la habitación hasta detenerse en mí y mirarme confusa.

— ¡Moe! —Dijo dejando el bolso en el piso y acercándose a mí, mi cara debía de ser todo un espanto porque ella parecía seriamente preocupada—, ¿no has dormido nada?

Detuve por un momento lo que hacía y me eché hacia atrás para pegar mi espalda del espaldar de la silla sintiendo que realmente no podía con mi alma.

—No —murmuré—, es que tengo demasiados pedidos.

—No puedes estar exigiéndote de esa forma —dijo Ariana—, mírate, te ves terrible.

—Vaya, gracias —dije con algo de sarcasmo—, solo me faltan 10 pedidos.

Se suponía que eran para la semana siguiente, pero tenía otros más y cada día se anexaban nuevos clientes, no podía detenerme porque si se me acumulaba el trabajo sí iba a colapsar.

Odiaba que se me acumulara el trabajo.

—Moe —Ariana soltó un suspiro acariciando mi cabello y yo dejé mi cabeza reposar por un momento en su estómago sintiendo como el cansancio pasaba factura; lo único que quería hacer era dormir hasta el año siguiente.

Pero este era mi objetivo, hacer dinero; ser libre e independiente, pero estaba muy segura de que todo era demasiado para mí sola, había pensado en finalizar este año de la universidad y no inscribir el siguiente; al menos hasta que tuviera cierta estabilidad económica y luego seguiría mi trabajo.

Era una fuerte decisión porque quería graduarme, pero necesitaba establecer prioridades, y mi prioridad era alejarme de mi religión.

—Debes buscar personal que te ayude —dijo Ariana—, es decir, tu empresa va creciendo, tienes más encargos, de los ingresos puedes pagar sueldo base, sé de unas cuantas personas que les gustaría trabajar y tener un ingreso extra.

Uhm, eso no sonaba mal.

Pensar en invertir y tener personal no era mala idea, realmente necesitaba ayuda y así se comenzaría a expandir el negocio a algo más formal, mi emprendimiento iba subiendo cada vez más.

—Sí, tienes razón —murmuré soltando un profundo bostezo completamente agotada y me levanté de mi asiento para caminar a la cama, en ese momento no podía ni con mi alma—, voy a acostarme al menos 2 horas, tengo que ir a clases…

BROKEN (Libro 1 y 2)[Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora