XVIII. La fiesta

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Capítulo 18: La fiesta.

MOE BEKER

Habían muchas personas en el área de la plaza, las luces de navidad iluminaban todo el lugar con luces de distintas colores dándole un toque mágico. Mi mirada se encontró con la de Vanesa, junto con otras personas que estudiaban conmigo y me acerqué a ellos, después de todo, estar en una fiesta no era lo mío, y yo no era precisamente alguien tan sociable. Chris se acercó a mí, recordaba que él y Rogan no se la llevaban bien, y parecían enemigos a muerte desde que supuestamente Rogan esparció los nudes de la hermana de Chris por toda la universidad, aun no sabía si creer eso de Rogan o no, habían muchas cosas que me faltaban por conocer de Rogan Brown.

Chris me ofreció un vaso que olía notablemente a alcohol con una leve sonrisa, sabía que solo quería empatizar conmigo, pero de repente sentía que había sido un error venir, en el fondo sabía que había venido por Rogan, porque desde lo que pasó con su tía estábamos un poco distantes, pero no lo veía, dudaba que hubiera venido.

—No gracias, no bebo —murmuré, al menos intentaba controlarme desde aquella fiesta donde me emborraché y drogué el día que casi follé con Rogan la primera vez.

Cada vez que lo recordaba me daba vergüenza.

—Es jugo —murmuro Vanesa acercándose a nosotros—, tiene un toque de alcohol, pero no es tanto.

¿Un toque? Lo dudaba, olía fuerte, pero ya que estaba aquí, al menos intentaría relajarme unos minutos y luego me iría.

—Bueno —me limité a decir, bebiendo un poco haciendo una mueca en el primer trago—, está bastante fuerte.

O al menos para mí que no estaba acostumbrada a beber.

—Si —dijo Chris—, pero tómalo despacio.

Eso pretendía hacer, de hecho, tomar despacio era mi plan para relajarme y entrar en ambiente, hasta que voltee mirando alrededor y mis ojos se enfocaron en el hombre alto y musculoso, era inconfundible, al menos para mí que mi mirada siempre parecía buscarlo.

Era Rogan.

Pero no solo eso, él estaba hablando con una chica, no debía importarme, ni mucho menos debía sentir celos, pero la recordaba en de una de las fiestas; ella intentó ligarse a Rogan, apreté la quijada sin perderlos de vista, la chica rubia se acomodaba el pelo y le tocaba el hombro con una sonrisa en obvio coqueteo, y el muy desgraciado de Rogan sonreía pareciendo muy cómodo, le seguía la corriente.

Los celos me carcomían, saber que una vez me había dejado sin remordimiento alguno me hacia pensar que podía pasar de mi en cualquier momento, por eso sabia que no debí perdónalo, caer en el error de volver a quererlo era condenarme a mi misma a la inseguridad de que volviera a lastimarme.

«Solo están hablando Moe, cálmate».

Debía calmarme, deseaba calmarme, pero simplemente no podía hacerlo, los celos sacaban la peor versión de mí. Me bebí el vaso de un solo trago sin respirar y tomé a Chris de la mano, él me miró confuso.

—Vamos, quiero bailar —dije.

—Ahm, okey —sonrió a medias pareciendo confuso por mi arrebato de confianza.

Nos dirigimos a la multitud donde varias personas bailaban y comencé a bailar con Chris pegando mi espalda a su pecho y comenzando a mover la cintura al ritmo de la canción, pero con la mirada fija en Rogan, deseando que me viera.

Definitivamente el alcohol sacaba la peor versión de mí.

Rogan volteó y su sonrisa se borró al verme bailando con Chris, no sabía exactamente qué iba a hacer y solo hasta ahora recordaba que cuando Rogan se molestaba se volvía frenético y se convertía en monstruo; golpeando sin parar a quien fuera que se metiera en el medio.

Mierda.

Pero al contrario de lo que pensé, Rogan simplemente apartó la mirada de mí apretando la quijada y se fue, dejando incluso a la chica rubia hablando sola.

Creo que su indiferencia en obvia molestia fue un peor castigo que el hecho de que viniera a golpear a Chris por mi culpa. No me sentía bien, una venganza nunca lograba saborearla como victoria a menos que se tratara de mi ex prometido.

Tal vez era el alcohol en mi sistema, pero me negaba a que Rogan huyera de mí. Me despegué de Chris dejándolo solo para perseguir a Rogan hasta atrás de unos edificios donde lo agarré de la muñeca y él se detuvo volteándose para enfocar sus ojos azules en mí, de este lado no había personas, solo los insectos acompañándonos con sus cantos.

—¿Por qué? —Preguntó—, ¿por qué estabas bailando precisamente con él si sabes que ni siquiera nos toleramos?

Di un paso hacia atrás soltándolo, no gritaba, pero su molestia era evidente, no tenia una respuesta coherente, solo fueron celos.

—¿Qué querías? ¿Darme celos? —continuó— ¿quieres que vaya y le parta la cara? Sabes que cuando me enojo intento controlarme, pero mis demonios me dominan.

Eso lo sabía, él cambiaba completamente cuando los demonios nublaban su mente.

—Yo... —me había quedado sin argumentos, decirle que me molesté porque lo vi hablando con otra chica ahora me parecía seriamente estúpido e infantil.

—¿Qué? —esperó una explicación.

Solo tenia una salida a esto.

—Olvídalo. —murmuré acercándome a él, alzándome en puntillas para pegar mis labios a los suyos en un beso, él no me correspondió al principio, pero luego pareció relajarse, me separé un poco únicamente para agregar: — Quiero que tengas en mente que tú eres mío, me perteneces solo a mí.

Volví a darle un beso y él me correspondió con furia, volviendo el beso cada vez más apasionado y frenético como si quisiera confirmarme que me pertenecía a mí, o al menos eso quería pensar.

Me aferró de las caderas para pegarme contra su torso y me acorraló pegando mi espalda de la pared para presionarse contra mí, podía sentir la dureza de su pantalón mientras seguía devorando mi boca, mi cuerpo completamente caliente me pedía a gritos que me desnudara y me hiciera suya ahora, él parecía tener el mismo deseo urgente, porque sus manos se adentraron dentro de mi falda y yo alcé una pierna a la altura de su cadera, él aprovechó para tomarla y restregarse directamente contra mis bragas, mi mano bajo por su torso deteniéndose en su cremallera y solté el botón.

—Moe, ¿Qué estás haciendo? —susurró, me detuve, ¿Qué estaba haciendo?

No, realmente no quería pensar, solo seguir consumiéndome en el deseo desenfrenado.

—Házmelo aquí —susurré implorándole con los ojos que no me rechazara, tenia miedo, el alcohol me ponía completamente sentimental y confusa; nada coherente, sentía que en algún momento iba a alejarse de mí.

—¿Qué? —soltó incrédulo, lo comprendía, yo nunca fui tan arriesgada.

—¿No me deseas? —pregunté, sabia que era una forma de manipulación, pero me negaba a darme por vencida, lo necesitaba.

—Obvio que sí —dijo—, pero...

—Entonces —lo interrumpí— házmelo ahora.

Él sonrió.

BROKEN (Libro 1 y 2)[Completo]Where stories live. Discover now