52. Pides la muerte

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La mayoría de los monstruos de la zona eran ahora cadáveres venenosos. Mientras el cadáver venenoso apareciera, debía haber arañas fantasmas cerca.

En una calle estrecha, se toparon con los hombres cadáveres venenosos que deambulaban por allí. Más de una docena de hombres cadáveres venenosos gritaron y se precipitaron hacia ellos. Tang Shi estiró su mano derecha y se dispuso a activar la Guadaña de los muertos vivientes, pero fue detenido por Yan Xu. "No uses la Guadaña zombie. Permíteme encargarme. Quédate detrás de mí".

Yan Xu descubrió que mientras Tang Shi usara la Guadaña, su temperamento cambiaría definitivamente, por lo que prefería no dejar que Tang Shi lo hiciera.

Tang Shi se encogió de hombros y se alegró de que no hubiera mucho que hacer. Aquellos eran humanos infectados que ni siquiera llegaban al nivel 0 y de los que Yan Xu podía manejar por sí mismo. No había necesidad de que Tang Shi se entrometiera.

Tang Shi siguió lentamente detrás de Yan Xu, disfrutando de ver los movimientos de Yan Xu mientras blandía su ya conocida arma. Finalmente no pudo evitar decir: "Creo que necesitas un libro de esgrima. Tienes una espada en la mano, no un cuchillo ancho. Es un desperdicio usar una espada fina para matar cadáveres venenosos".

"Cállate" Yan Xu le gritó a Tang Shi cuando tuvo la oportunidad. Era cierto que no sabía usar espadas. En el pasado, solía usar pistolas y cuchillos, no espadas, y mucho menos una gran espada que parecía un molde de juego. El peso de la Espada Corazón de Demonio de Fuego de Hielo definitivamente no era ligero. Ya era demasiado para él el poder blandirla. ¿Cómo iba a ser posible que hiciera una hermosa esgrima?

La boca de Tang Shi se curvó hacia arriba. De repente disfrutó de la forma en que Yan Xu estaba enojado. Le recordaba su vida pasada. Luchaban codo con codo, se burlaban el uno del otro, pero en estos recuerdos, siempre había dos personas involucradas: ¡Tang Qi y Lu Chuan! En aquella época, Tang Shi siempre estaba en misiones con los dos. A veces eran los cuatro. En ese momento, Tang Shi no podía entender por qué Yan Xu se iba de misión con ellos porque obviamente los odiaba.

Tang Shi finalmente comprendió que las verdaderas personas que Yan Xu odiaba eran Tang Qi y Lu Chuan, no él. Sólo que la actitud de Yan Xu hacia Tang Shi era aún peor que la de los otros dos, lo que hizo que Tang Shi malinterpretara que Yan Xu los odiaba a los tres.

Cuando Tang Shi estaba en medio de la búsqueda de viejos recuerdos, Yan Xu ya había manejado estos cadáveres venenosos. Se limpió el sudor de la cabeza y volvió a mirar a Tang Shi. La expresión facial de Tang Shi cambió de repente, y la guadaña verde azulada apareció instantáneamente en su mano. Salió corriendo y cortó la pata de araña que se dirigía hacia Yan Xu. Yan Xu retrocedió rápidamente y la sangre verde que brotaba de la pata de araña rota salió de su cuerpo. Un olor a pescado salió de la araña fantasma que tenía el doble de tamaño que las arañas con las que se había encontrado antes. Yan Xu tenía sudor frío. No se dio cuenta de que la araña fantasma se acercaba. No había ningún sonido.

En ese momento, algunos cadáveres venenosos saltaron de las ruinas derrumbadas. Yan Xu se acercó corriendo.

Tang Shi agitó la Guadaña Zombie. La dureza de la hoja era mucho mejor que el caparazón de la gran araña fantasma. Esta araña fantasma ya no era de nivel uno, sino de nivel dos. Si Tang Shi no tuviera la Guadaña en su mano, definitivamente no podría manejarla. La gran araña fantasma intentó bloquear la hoz con la pata de la araña. En cada intento la pata de la araña era cortada. No había manera de que pudiera detener la guadaña zombie. La araña se dio la vuelta y quiso escapar. Cuanto más alto era el nivel de la especie alienígena, más inteligentes eran. Por ejemplo, esta gran araña fantasma aprendió a juzgar la situación y a dimensionar la oportunidad de huir cuando era necesario. ¿Cómo podía Tang Shi dejarla escapar? Se trataba de un cristal de poder de nivel dos con el que estaba manejando.

Apocalipsis:  El contraataque | BLWhere stories live. Discover now