Ódiame. 14: De vuelta a Seúl

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—Para, Jumin —rogué entre jadeos, empujándolo hacia atrás.

—¿Qué ocurre? estás muy extraña hoy.

Miré a Saeyoung de nuevo, que seguía en la puerta, y solté un suspiro. El de pelo negro fue a mirar y me eché hacia adelante, agarrándole de las dos mejillas para impedírselo.

—Creo que tenemos que hablar —sugerí.

—¿Hablar? ¿sobre qué? —frunció el ceño, preocupado.

—Muchas cosas —añadí, poniéndome el camisón—, como que te pillé el otro día intentando leer mis mensajes.

—Hana... te dije que estaba viendo la hora.

—¿De verdad crees que soy imbécil? —repliqué, al tiempo que me abrazaba a mis rodillas.

—No, por supuesto que no —me bajó la mirada—, perdóname —me tomó de las manos—, me sentía avergonzado de que lo supieses. Debo admitir que tengo algunos problemas de confianza y sé que me costará mucho trabajo solucionarlo.

—¿Es porque piensas que tengo un amante?

Escuché como suspiraba.

—¿Lo tienes? —preguntó sin rodeos, clavando sus ojos en los míos.

—Si piensas que sí, ¿por qué seguirías conmigo?

—Porque eres mi prometida y vas a ser mi mujer, solo mía —remarcó—. No importa que otros te deseen, yo seré el único que pueda tenerte en cuanto estemos casados. No permitiré que nadie más se te acerque, ¿comprendes? Es cierto que ambos hemos cometido errores al principio de conocernos, pero...

—Ni siquiera estábamos saliendo en ese momento, ¿y qué si nos liamos con otras personas? ¿por qué sigues torturándote por algo así?

—Porque no quiero echar por la borda lo que tenemos solo por...

—¿Un calentón?

—¿Sería solo eso para ti?

—Jumin...

—Dime, Hana —me agarró de los hombros—, necesito que seas honesta, porque si solo fuera algo sin importancia, sería capaz de perdonarte, pero si fuese algo más serio...

Dirigí la mirada al pelirrojo, que aún estaba allí, presenciando todo. Un escalofrío sacudió mi estómago. Me gustaba. Joder, me encantaba. Mierda, seguía enamorada de él.

—Entonces no creo que puedas entenderlo —fui honesta.

Sus ojos me observaron con preocupación. Sabía que se estaba muriendo por dentro con mis palabras, pero por fuera mantenía la compostura.

—¿Qué quieres decirme? Explícate mejor, por favor.

—Estuve muy enamorada de alguien y... —bajé la vista.

—¿Y piensas que eres incapaz de amarme? ¿es eso? Yo no pierdo la fe, estoy convencido de que puedo lograr que te enamores de mí, ¿me estás escuchando? —me tomó de la barbilla para verme—, préstame atención, no voy a parar hasta que te enamore locamente.

—Las cosas no funcionan de esa forma, cuando te enamoras, simplemente lo sabes.

—¿Qué quieres decirme? ¿Saeran es pasado para ti, no? El presente es distinto.

—Jumin...

—Dime —sacudió mis hombros—, dime que forma parte del pasado.

—Creo que nunca podré superarlo —respondí, pensando en Saeyoung.

Quiéreme [Parte I y Parte II]Where stories live. Discover now