52. Te odio

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Continué mirando a Saeran con desprecio, esperando a que dijese algo que justificara que una chica castaña estuviese terminando de vestirse en su piso justo el día después de que confesara que me quería. ¿Solo fue sexo o había algo más? Lo cierto era que no podía evitar ponerme celosa.

—¿Qué hacéis aquí tan pronto? —soltó después de largos segundos de silencio.

—Vinimos a investigar, ¿recuerdas? —intervino el pelirrojo en el marco de la puerta.

—Pero es muy temprano y...

—¿Te la has follado? —le interrumpí, preguntando lo que deseaba saber.

Suspiró, rascándose la nuca. No recibí respuesta alguna que pudiese arrojar algo de luz sobre la situación, por lo que terminé asumiendo que fue así.

—¿A ti qué más te da? —La de cabellos marrones me miró desafiante, terminando de abrocharse la blusa.

—Wow, la chica sabe articular más de dos palabras seguidas, me ha sorprendido —me mofé.

—Hana, ¿podemos hablar? —el peliblanco me agarró del brazo sin previo aviso intentando arrastrarme hasta la habitación, pero me zafé de su agarre.

—¿Qué haces? Vamos a trabajar, no me interesas. —Fui hacia el sofá, acomodándome y me percaté de que la puta frunció el ceño.

—¿Vas a estar aquí con ella? —protestó al de ojos verdes.

—Yang Mi, estamos trabajando en algo juntos y...

—¡¿Y qué?! ¡no me gusta, lo sabes! —gritó—, ¡casi me ahoga!

Justo en el instante en el que dijo aquello mi mente comenzó a dar vueltas y a recordar. El día que fui a Mint Eye me encontré con la rubia llamada Rika. ¿Seguía viva y la maté? A decir verdad me alegraba, ya que me había quitado un peso de encima.

Y luego estaba esa tal Yang Mi. Era la pareja de la rubia y la ex de Saeran. Me contó su historia, como se conocieron en la comuna esa y como se hizo pasar por muerta. Lo rechazó e humilló.

Traté de estrangularla en un arrebato, ¿pero por qué no lo hice?

—¡¿No ves que esa chica no es lo que parece?! —continuó, desquiciada.

Eso me enfurecía, ¿acaso Saeran podría confiar en ella después de todo lo que le hizo? ¿y si solo se acercaba por interés para conseguir alguna pista de su novia, a la cual parecía haberle puesto los cuernos?

Me levanté del sofá para enfrentarla, poniéndola en su sitio.

—Claro que no, soy peor. —Le eché una mirada intimidatoria y terminó por bajarla vista al suelo, largándose.

—Hana, ¿qué es eso de que trataste de ahogarla? —indagó Saeyoung.

—Larga historia, ¿por qué no os ponéis con la investigación? no deberíamos perder más el tiempo.

—¿Podemos hablar un minuto? —insistió Saeran.

—No hay nada de qué hablar.

—¿Por qué te comportas así? ¿estás celosa?

—¿Celosa, yo? ¡qué va! —negué de inmediato—. Al ver con quién te has acostado no sé si reírme o sentir compasión.

—Ejem... —El de gafas, que estaba presenciando todo, se aclaró la garganta incómodo—. ¿Nos ponemos con el trabajo?

—¡No entiendo porqué te comportas así! —exclamó el peliblanco ignorando a su gemelo—. ¡Tú estás obsesionada con él! ¡seguro que ya te lo follaste!

Quiéreme [Parte I y Parte II]Where stories live. Discover now