60. Lazos de sangre

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SAEYOUNG

Hana estaba en peligro inminente por lo que mi primer instinto fue ir a por ella. ¿En qué estaba pensando reuniéndose con mi padre a mis espaldas? Era muy peligroso, esa chica...

Nada más escucharme gritar al otro lado de la línea, la madam me preguntó qué me pasaba, pero no le respondí. Mi hermano también se mostró preocupado, debió escuchar toda la conversación y al parecer no estaba dispuesto a dejarme solo, ya que me siguió al salir por la puerta.

Genial, ahora no solo ella estaba en peligro, si no que debía protegerlo también a él.

—¡¿Quieres decirme qué mierda pasa?! —cuestionó impaciente.

—No tienes que seguirme, Saeran. Vuelve a casa y...

—¡Jamás! ¿qué ocurre? ¿está en peligro?

Se hizo un silencio y no pude contestarle, dándole a entender que así era. Escuché a Hana al teléfono una vez más, insistiendo en que no viniéramos.

—¡¿Saeran está contigo?! —exclamó—, ¡no vengáis! ¡puedo arreglármelas sola!

—¡Eres una inconsciente! ¡todo esto ha pasado porque actuaste a mis espaldas! ¿de verdad pensaste que no iba a descubrirlo? ¡maldita sea! —no podía contener mi furia.

Entré al garaje escogiendo uno de mis bebés, que era un deportivo blanco y cerré de un portazo. Mi hermano ya se había colocado en el asiento del copiloto y suspiré.

—Por favor, Saeran, no quiero que te ocurra nada a ti también —supliqué—, vete.

Puse el manos libres y pudimos escuchar a Hana a través de él.

—Hazle caso a tu hermano, Saeran, y tú no vengas, Saeyoung —siguió insistiendo la pelirosa—, me las arreglaré y...

Escuchamos un estruendo al otro lado y perdí la conexión con ella de pronto. Traté de llamarla de nuevo pero no descolgaba.

—¡¿Hana?! ¡contéstame! —grité muy asustado—, ¡Hana, por favor!

Tomé un soplo de aire y aceleré el motor, activando el gps de su coche para seguirla. Todavía daba señal, eso era bueno.

—Mierda, ¡¿qué está pasando?! —indagó mi gemelo—, ¡dime!

—Fue a ver a nuestro padre a escondidas —respondí mientras conducía, alterado por completo.

—¡¿Qué?! ¿por qué haría eso esa estúpida?

—¡No lo sé! ¡pero no le iban los frenos y estaba encerrada en el coche! Es probable que él...

—¡Qué dices! ¿por qué iba a querer deshacerse de Hana? ¿qué sabe sobre ella?

—Eso aún no lo sé —respondí—, pero lo más seguro es que sepa que planeaba matarlo, ¿si no por qué haría eso?

—¿No crees que pueda ser una coincidencia o...?

—No creo en las coincidencias, Saeran.

—Entonces hay alguien que nos está traicionando. Es probable que nos estén espiando y que sepan que vamos detrás de él. ¿Qué hay de tu amigo, el melenas?

—¿La madam? no... él no haría eso —no quería creer que fuese a delatarme de esa forma. En el fondo no era mala persona y sabía que me apreciaba, aunque no lo demostrase. Por eso me ayudó durante todo ese tiempo.

—Yo no estaría tan seguro, cualquiera podría traicionarte, incluso tu propia familia.

Sabía que aquello iba por mí, pero no era momento para discutir de nuevo, antes quería centrarme en salvarla, por lo que me callé, acelerando el vehículo lo más que pude y tratando de ir con cuidado para no tener otro accidente.

Quiéreme [Parte I y Parte II]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang