27. Confiesa

1.3K 175 325
                                    


Seven

Abrí los ojos poco a poco y miré a mi alrededor, desconcertado. Alguien me dio un golpe en la cabeza nada más entrar y ahora estaba atado en una silla, en medio de lo que parecía una cochera. Se trataba de un espacio cuadrado, con las paredes y el suelo gris bastante desgastado. La luz fluorescente que había en el techo parpadeaba y apenas iluminaba nada.

El individuo desconocido que tenía al lado tenía la cara medio tapada por una tela negra. Estaba sacando una especie de cocinilla portátil y poniéndola a calentar. Vi cómo agarraba unos alicates y un cuchillo que puso sobre el fuego. Luego preparó una inyección en una jeringuilla. Mierda, todo aquello pintaba muy mal. ¿Hana estaría bien?

—Pelirrojo asqueroso, ya estás despierto. —Me miró cómo si me odiara y vino hacia mí con una aguja—. Esta inyección te impedirá quedarte inconsciente mientras te practico todo tipo de torturas.

—¡Ahhh! —grité al notar el fuerte pinchazo que me propinó sin cuidado alguno. Cuando terminó clavé mis ojos en él. Algo me resultaba familiar en su persona, ¿tal vez pertenecía al grupo de Hackers contra Hackers? Tenía muchos enemigos que iban detrás de mí—. ¿Quién eres? y... ¿dónde está Hana? —me atreví a preguntar.

—¿Aún no me has reconocido? No me esperaba menos viniendo de ti. Me has jodido la vida y ni siquiera sabes quién soy. —¿A qué se refería con eso? Volví a mirarlo buscando la respuesta.

¿Acaso...? no... no podía ser, ¿cierto? Él estaba bien, V me lo aseguró. Pero se parecía tanto... si fuera así, ¿por qué parecía que me odiaba? No entendía nada. Pronuncié su nombre en alto para salir de dudas.

—¿Saeran? ¿eres tú?

—Bingo. —Se quitó la tela que le cubría el rostro y pude apreciar bien sus rasgos... era él, mi hermano, al que no veía desde hacía años—. ¿Debería darte un premio por adivinarlo? ¿qué tal si empiezo arrancándote una oreja? o tal vez las uñas. —Estaba en shock en ese momento. Una punzada de dolor atravesó mi pecho. Mientras trataba de procesarlo vi cómo tomó los alicates y los acercó a mi oído.

—Saeran... ¿por qué estás haciendo esto? No entiendo... ¿tú chantajeaste a Hana para que llevara el micro? ¿quieres... hundirme? —Buscaba algún tipo de explicación que pudiese arrojar algo de luz sobre la situación.

—Quiero hacer algo más que eso. ¡Te odio! ¿aún no lo sabes? —¿Me odiaba? Vi cómo sacó una grabadora de la maleta y la encendió—. ¿Por qué no empiezas por confesar todos los sucios trabajos que hiciste en la agencia?

—¿Qué? ¿qué te ha pasado? ¿Por qué... me odias?

—¿Que por qué te odio? ¡me abandonaste a mi suerte, dejándome con nuestra madre! ¡nunca volviste a buscarme! ¡recé para que volvieras cada día de mi vida! ¡pero fui un estúpido al creer en tus promesas!

—¡No es así! —Me defendí—. ¡Ellos me dijeron que cuidarían de ti! V y ... —me interrumpió antes de que pudiera nombrar a Rika.

—¡Ni se te ocurra decir su nombre! ¡no tienes derecho a pronunciarlo!

—¿Qué? ¿qué ha pasado para que estés así? —No podía creer que aquel que tenía frente a mí fuese mi hermano. No quería creerlo.

—¡Ella me contó toda la verdad sobre ti! ¡me salvó de tus mentiras! Rika... fue mi salvadora. ¡Fue la heroína de todos! ¡creó un lugar maravilloso, un paraíso en el que todos podíamos ser felices! Hasta que un día... —No tenía ni idea de a qué se refería con eso de "paraíso", pero sí sabía que Rika había fallecido. Tal vez aquello fue muy duro para él. Lo fue para todos. Ella era la persona más buena que conocimos y enterarse de su muerte debió ser devastador.

Quiéreme [Parte I y Parte II]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora